En mi casa paterna vivíamos, mi madre y cuatro hermanos, una mujer y tres hombres. Yo soy el mayor de todos y mi hermana 5 años menor, que por ese entonces ella tenía 18 años. Estando una vez en mi cuarto que colinda con un baño, observé un pequeño agujero por el cual entraba un rayo de luz, me asomé por él y vi la parte de abajo del baño. Se me hizo extraño que hubiera un agujero precisamente allí, no volví a pensar en eso, hasta que por la mañana sentí que mi hermana entraba en el baño.
Observo a mi hermana desde la habitación de al ladosxc.hu
martes, 17 de abril de 2007 - El confidente
Yo siempre había sentido mucho respeto por ella y nunca había tenido un mal pensamiento, sin embargo la idea de observar a través del agujero se apoderó de mí. En ese momento sentí un gran vacío en el estómago mi conciencia decía que no lo hiciera, pero mi deseo era mayor y así lo hice, miré justo en el momento en que mi hermana se quitaba sus braguitas dejando al descubierto un pubis negro con poca vellosidad. Al ver la rajita de mi hermana me excité mucho y comencé a masturbarme. Ella mientras tanto, se tomaba todo su tiempo explorando su cuerpo. Pude ver sus enormes tetas con grandes pezones, su hermoso trasero, me estaba dando un verdadero banquete con el cuerpo de mi hermana, estaba invadido de deseo. Cuando ella se abrió su vagina y pude ver sus rosados labios menores ya no pude más y me masturbé hasta venirme y deseé penetrarla. Todo el día en mi oficina no hice más que pensar en mi hermana y tener fantasías con ella. Así pasaron varios días hasta que un día llegué temprano a casa y me llamó la atención ver la luz del baño encendida y que alguien se bañaba, pensé que era ella y me apresuré a entrar en mi cuarto para espiarla, pero encontré la puerta semiabierta y entonces entré con mucho sigilo. Me sorprendí encontrarla a ella mirando a través del orificio y masturbándose, me quedé largo rato observándola y deleitándome con el espectáculo
jueves, 17 de abril de 2008
MI SECRE
Hola, soy un chico normal y corriente, mi nombre es lo de menos, solo escribo esta historia porque puede que un día de esto la publique en Internet.
Solo quería contar un caso muy particular que me paso con mi secretaria, el día de la comida de Navidad. Ella es una chica muy mona de unos 28 años de edad, y con unos ojos que cautivarían al mas pintado. Es una chica alegre, simpática y muy muy lista.
Bueno a lo que íbamos, solo quería contar lo que paso con el ella el día de la comida de Navidad. Como cada año en mi empresa organiza una comida, lo típico de tantas empresas, ella normalmente viene acompañada por una amiga o por su hermana, pero este año me comento que no se traería a nadie y que ademas, sé venia en autobús, pues no sabia si iba a beber mucho o poco y que por sí las moscas.
La cuestión es que nos fuimos todos a comer a una venta cercana de donde trabajamos, yo tuve unos pequeño problemas y llegue un poco tarde, como siempre. Pero la verdad es que este día la comida es lo de menos, lo que le gusta a todo el mundo es el jaleo que se monta después, y para eso estaba yo mas que disponible. Todo fue muy bien, todo el mundo bebía y se lo pasaba de muerte, mi secretaria ese día venia especial mente guapa, tanto es así que el pesado de mi encargado, no dejaba de insinuarse, y ella le seguía el juego, todo el mundo estaba pendiente, pero como teníamos dos copas de mas, nadie le dio la mayor importancia.
Estuvimos en varios bares de copas ya era un poco tarde y el ambiente se estaba caldeando por momento, mi secretaria bebía un combinado de ron con no sé que mas, y ya tenia unos cuantos dentro del cuerpo, yo estuve de aquí allá hasta que al final me puse a hablar con ella, la verdad que no le dirigí la palabra en casi todo el día. Ella empezó a preguntarme si yo la podría acercar a casa, porque el encargado se había ofrecido, pero tal y como estaba las cosas ella no se atrevía a irse con él, porque se esperaba lo peor, estuvimos un buen rato hablando de cosas sin importancia, y de repente no se como ni por que me vi contándole cosas que jamas y digo jamas, se la había contado a nadie, ya me entienden ese tipo de cosas que no se las debes de contar ni a tus mejores amigos, ella también empezó a contarme algún que otro lío que había tenido, fue algo muy curioso, por que la verdad es que estamos casi todo el día junto y nunca habíamos hablado de esos temas, la verdad es que en trabajo solíamos hablar mas bien poco.
Eran ya cerca de las 11 de la noche y alguna gente empezó a quitarse del medio, pero ella y yo seguíamos charla que te charla. A algún listo se le ocurrió de ir a comer algo, pero yo dije que pasaba que yo quería irme de marcha, con o sin compañía, pero que iba y además me iba de un momento a otro, ella me pidió por favor que no me fuese y la dejase allí sola, con aquella manada de lobos, le dije muy claro que si se quería venir con migo de marcha que todo loque teniaq ue hacer era subirse en el coche, y que todo el que se quisiera venir hiciera exactamente igual, la mayoría se fueron a comer, pero de nuevo sin saber como ni porque me vi solo con ella en mi coche, y ella insistió que se venia conmigo.
Puse mi coche en marcha y todo el mundo pensaba que no nos íbamos a ir, de echo nos hicieron un sitio en el restaurante con el abrigo de ella, pensando en que íbamos para allá, la verdad es que tuvimos que mentir para que nos dejaran marchar. Por el camino los teléfonos no dejaban de llamar, todo el mundo nos preguntaban dónde estabamos, tanto nos llamaron que el móvil de ella se quedo sin batería, ella cogió mi móvil y empezó a llamar a la otra secretaria, o al menos estaba haciendo el papel, por que me pidió que parase el coche por que le era imposible marcar en el teléfono entre el colocon y los baches de la carretera, detuve el coche en un escampado cerca de la carretera y una vez parado, le pregunte que si nos íbamos a cenar o de copas. Me contesto que como yo quisiera que hiciera lo que mas me apeteciera en ese momento, la cosa empezó a calentarse, ella se sentó de lado mirando hacia mí y yo la verdad no sabia exactamente como tenia que actuar.
Estuvimos un rato de nuevo con las tonterías típicas, hasta que ella se decidió y dio el primer paso. Me miro fijamente a los ojos y de dijo “Ven” yo me acerque a ella y empezamos a besarnos como dos adolescente cuando lo hacen por primera vez, fue como si los dos lo deseáramos desde hacia mucho tiempo, al principio pense que no era buena idea, pero os diré un secreto creo que es la chica que mejor besa de todo el mundo, al menos la mejor que yo he besado, y créanme Han sido mas de una. Todo empezó por un beso pero poco a poco se fue calentado la cosa, yo empece a tocarles su pierna y ella empezó a quitarme los botones de la camisa, dios cada vez que lo recuerdo se me pone la carne de gallina.
Cuando me di cuenta me tenia la camisa desabrochada y yo le tenia metida mi mano debajo de su falda, le toque su coño y note lo húmedo que lo tenia, ella bajo su mano y la puso sobre mi polla, ahora fui yo el que le dije que si nos pasábamos al sillón de atrás, y ella me contesto que si, allí fue donde se desmadro todos, empezamos a quitarnos la ropa mutuamente, yo estaba muy caliente y ella supongo que igual, le pedí que se quitara toda la ropa, le quite el sujetador y me encontré con las unas tetas impresionantes, empece a comérsela y ella se puso como loca, la tumbe boca arriba y le fui comiendo todo el cuerpo, empece a baja mi cabeza hasta su húmedo coño, me cogió y me apretó contra su sexo, estabamos a mil, ella gemía de placer y empece a follarla con mis dedos, me abrió las piernas para facilitarme el tema, se me puso la polla dura como una roca , creo que estuvo apunto de correrse, cuando se incorporo un poco me pidió que fuese yo el que me tumbase boca arriba y empezó a comerme la polla de una forma un poco violenta pero la verdad es que me volvió loco, ella se la tragaba hasta el final y yo temí de correrme si me seguía haciendo aquella mamada tan tremenda, me tumbe un poco y pude coger su coño, le metía el dedo y ella al igual que yo estaba cada vez mas cachonda, le puse el dedo sobre su culo pero me aparto la mano, no se si es que todavía no ha probado que le follen su hermoso culo, pero algún día se lo propondré, seguía comiéndome la polla cuando se tumbo y me pidió que la follara, le pregunte si tomaba algún anticonceptivo y me dijo que no, yo tampoco tenia condones, pero en ese momento no nos preocupo a ninguno de los dos, me puse sobre ella, cogió mi polla y se la metió en su coño, empece un mete y saca muy despacio, se retorcía de placer y me pedía cada vez mas, follabamos como dos animales ella gemía como una perra en celo y yo tenia la polla apunto de estallar, seguí mas deprisa hasta que no pude aguantar mas y me corrí encima de ella, joder hacia tiempo que no echaba un polvo tan bestia, nos limpiamos un poco y tuve que salir a mear, porque no aguantaba ni un segundo mas
Solo quería contar un caso muy particular que me paso con mi secretaria, el día de la comida de Navidad. Ella es una chica muy mona de unos 28 años de edad, y con unos ojos que cautivarían al mas pintado. Es una chica alegre, simpática y muy muy lista.
Bueno a lo que íbamos, solo quería contar lo que paso con el ella el día de la comida de Navidad. Como cada año en mi empresa organiza una comida, lo típico de tantas empresas, ella normalmente viene acompañada por una amiga o por su hermana, pero este año me comento que no se traería a nadie y que ademas, sé venia en autobús, pues no sabia si iba a beber mucho o poco y que por sí las moscas.
La cuestión es que nos fuimos todos a comer a una venta cercana de donde trabajamos, yo tuve unos pequeño problemas y llegue un poco tarde, como siempre. Pero la verdad es que este día la comida es lo de menos, lo que le gusta a todo el mundo es el jaleo que se monta después, y para eso estaba yo mas que disponible. Todo fue muy bien, todo el mundo bebía y se lo pasaba de muerte, mi secretaria ese día venia especial mente guapa, tanto es así que el pesado de mi encargado, no dejaba de insinuarse, y ella le seguía el juego, todo el mundo estaba pendiente, pero como teníamos dos copas de mas, nadie le dio la mayor importancia.
Estuvimos en varios bares de copas ya era un poco tarde y el ambiente se estaba caldeando por momento, mi secretaria bebía un combinado de ron con no sé que mas, y ya tenia unos cuantos dentro del cuerpo, yo estuve de aquí allá hasta que al final me puse a hablar con ella, la verdad que no le dirigí la palabra en casi todo el día. Ella empezó a preguntarme si yo la podría acercar a casa, porque el encargado se había ofrecido, pero tal y como estaba las cosas ella no se atrevía a irse con él, porque se esperaba lo peor, estuvimos un buen rato hablando de cosas sin importancia, y de repente no se como ni por que me vi contándole cosas que jamas y digo jamas, se la había contado a nadie, ya me entienden ese tipo de cosas que no se las debes de contar ni a tus mejores amigos, ella también empezó a contarme algún que otro lío que había tenido, fue algo muy curioso, por que la verdad es que estamos casi todo el día junto y nunca habíamos hablado de esos temas, la verdad es que en trabajo solíamos hablar mas bien poco.
Eran ya cerca de las 11 de la noche y alguna gente empezó a quitarse del medio, pero ella y yo seguíamos charla que te charla. A algún listo se le ocurrió de ir a comer algo, pero yo dije que pasaba que yo quería irme de marcha, con o sin compañía, pero que iba y además me iba de un momento a otro, ella me pidió por favor que no me fuese y la dejase allí sola, con aquella manada de lobos, le dije muy claro que si se quería venir con migo de marcha que todo loque teniaq ue hacer era subirse en el coche, y que todo el que se quisiera venir hiciera exactamente igual, la mayoría se fueron a comer, pero de nuevo sin saber como ni porque me vi solo con ella en mi coche, y ella insistió que se venia conmigo.
Puse mi coche en marcha y todo el mundo pensaba que no nos íbamos a ir, de echo nos hicieron un sitio en el restaurante con el abrigo de ella, pensando en que íbamos para allá, la verdad es que tuvimos que mentir para que nos dejaran marchar. Por el camino los teléfonos no dejaban de llamar, todo el mundo nos preguntaban dónde estabamos, tanto nos llamaron que el móvil de ella se quedo sin batería, ella cogió mi móvil y empezó a llamar a la otra secretaria, o al menos estaba haciendo el papel, por que me pidió que parase el coche por que le era imposible marcar en el teléfono entre el colocon y los baches de la carretera, detuve el coche en un escampado cerca de la carretera y una vez parado, le pregunte que si nos íbamos a cenar o de copas. Me contesto que como yo quisiera que hiciera lo que mas me apeteciera en ese momento, la cosa empezó a calentarse, ella se sentó de lado mirando hacia mí y yo la verdad no sabia exactamente como tenia que actuar.
Estuvimos un rato de nuevo con las tonterías típicas, hasta que ella se decidió y dio el primer paso. Me miro fijamente a los ojos y de dijo “Ven” yo me acerque a ella y empezamos a besarnos como dos adolescente cuando lo hacen por primera vez, fue como si los dos lo deseáramos desde hacia mucho tiempo, al principio pense que no era buena idea, pero os diré un secreto creo que es la chica que mejor besa de todo el mundo, al menos la mejor que yo he besado, y créanme Han sido mas de una. Todo empezó por un beso pero poco a poco se fue calentado la cosa, yo empece a tocarles su pierna y ella empezó a quitarme los botones de la camisa, dios cada vez que lo recuerdo se me pone la carne de gallina.
Cuando me di cuenta me tenia la camisa desabrochada y yo le tenia metida mi mano debajo de su falda, le toque su coño y note lo húmedo que lo tenia, ella bajo su mano y la puso sobre mi polla, ahora fui yo el que le dije que si nos pasábamos al sillón de atrás, y ella me contesto que si, allí fue donde se desmadro todos, empezamos a quitarnos la ropa mutuamente, yo estaba muy caliente y ella supongo que igual, le pedí que se quitara toda la ropa, le quite el sujetador y me encontré con las unas tetas impresionantes, empece a comérsela y ella se puso como loca, la tumbe boca arriba y le fui comiendo todo el cuerpo, empece a baja mi cabeza hasta su húmedo coño, me cogió y me apretó contra su sexo, estabamos a mil, ella gemía de placer y empece a follarla con mis dedos, me abrió las piernas para facilitarme el tema, se me puso la polla dura como una roca , creo que estuvo apunto de correrse, cuando se incorporo un poco me pidió que fuese yo el que me tumbase boca arriba y empezó a comerme la polla de una forma un poco violenta pero la verdad es que me volvió loco, ella se la tragaba hasta el final y yo temí de correrme si me seguía haciendo aquella mamada tan tremenda, me tumbe un poco y pude coger su coño, le metía el dedo y ella al igual que yo estaba cada vez mas cachonda, le puse el dedo sobre su culo pero me aparto la mano, no se si es que todavía no ha probado que le follen su hermoso culo, pero algún día se lo propondré, seguía comiéndome la polla cuando se tumbo y me pidió que la follara, le pregunte si tomaba algún anticonceptivo y me dijo que no, yo tampoco tenia condones, pero en ese momento no nos preocupo a ninguno de los dos, me puse sobre ella, cogió mi polla y se la metió en su coño, empece un mete y saca muy despacio, se retorcía de placer y me pedía cada vez mas, follabamos como dos animales ella gemía como una perra en celo y yo tenia la polla apunto de estallar, seguí mas deprisa hasta que no pude aguantar mas y me corrí encima de ella, joder hacia tiempo que no echaba un polvo tan bestia, nos limpiamos un poco y tuve que salir a mear, porque no aguantaba ni un segundo mas
ME COGI A MI SIRVIENTA
las Navidades del 63, me invitaron los Thompson a su casa. Tenia yo por aquel entonces doce años y era amigo de David, hijo único de los Thompson, que había estado en mi casa el último verano, en un intercambio. Era un chico muy agradable y simpático, pero excesivamente mimado.
Su casa era enorme y por su tamaño me pareció que los padres de David eran muy ricos. La primera noche desde mi llegada, cuando terminamos de cenar, la madre me dijo algo, pero como hablaba un inglés muy rápido, no le entendí ni papa y le contesté con una sonrisa. David me hizo una señal con la cabeza, nos levantábamos y subimos las escaleras hacia los dormitorios. Me acompaño hasta mi alcoba y me deseo buenas noches en la puerta.
El dormitorio era grandísimo. En medio de la habitación había una cama alta y grande, con mesilla de noche a ambos lados. A la izquierda había un ropero enorme, de ocho puertas, de madera oscura. Había una puerta blanca con cristales esmerilados, que suponía era el cuarto de baño.
Comencé a desnudarme, para ponerme el pijama. Me quité los pantalones y cuando lo estaba colgando en la silla, sentí unos golpes en la puerta y sin que diera tiempo a decir nada, entró una señora que no había visto hasta entonces. Era una mujer de unos cincuenta años, alta y gruesa, vestida con un traje negro y un delantal blanco. Llevaba el pelo recogido en una cola y andaba a pasos agigantados. Se veía enorme y con unos ojos azules brillantes y un semblante muy autoritario.
Sin decir palabra, se dirigió a la puerta blanca, la abrió y se metió dentro. Encendió la luz y al escuchar el ruido del agua al caer, supuse que había abierto el grifo de la bañera. Yo terminé de ponerme el pijama y me metí en la cama en un santiamén.
Al ratito, salió la misteriosa señora y sin mirarme, me cogió de un brazo y me sacó bruscamente de la cama. Comenzó a quitarme el pijama sin decir palabra. Estuve a punto de decirle que no hacia falta que me ayudara, que yo sabía desnudarme sólo; pero su estampa militar me intimidó, y me quedé callado. Después me quitó la camiseta y los calzoncillos y yo me iba a morir de vergüenza.
Cuando terminó de desnudarme, me cogió del brazo y me llevó al cuarto de baño. La bañera estaba totalmente llena de agua caliente y el vapor que desprendía había embadurnado todos los espejos. Después de comprobar con su mano la temperatura del agua, me cogió de nuevo del brazo, y casi empujándome, me metió en la bañera. Yo me quedé de pie, quieto como una estatua. No sabia que hacer. Ni siquiera me atrevía a mirarla. Ella, con la mayor naturalidad del mundo, cogió una esponja, le echó un poco de gel, y comenzó a enjabonarme el pecho. Me sentía ridículo, desnudo ante ella. Luego me dio la vuelta y durante un rato, me enjabonó la espalda y las piernas. Luego, me dio la vuelta y sin mediar palabra comenzó a lavarme los muslos por delante.
De pronto, con la mayor naturalidad, me la cogió con su mano izquierda, perdiéndose en su manaza, mientras me enjabonaba las entrepiernas y los huevos.Se veía que estaba muy acostumbrada a hacerlo y comprendí que el pobre de David sufriría a diario este tormento.
Pero mi pollita proletaria no estaba acostumbrada a tanta exquisitez y a pesar de la timidez y en contra de mi voluntad, empezó a hincharse poco a poco, como si de un globo se tratará.Ella, al notar como iba creciendo lo que tenía entremanos, sorprendida, se quedó paralizada un instante, como si de un bicho se tratara.
Quizás no comprendía como David, que tenia mi misma edad, seguía siendo un niño y yo que aparentaba quizás menos edad, ya era un hombre. Yo estaba avergonzado. No sabia lo que hacer.
Pero ella continuó como si nada hubiera pasado. Yo miraba al frente, sin atreverme a bajar la mirada, pero notaba, asustado, como mi polla iba creciendo y creciendo, entre la inmensa mano de la señora y sentía como el capullo se había salido de su mano. De pronto, la señora se arrodilló, y de un golpe, se la metió entera en su boca, y empezó a chuparla con sus grandes labios y su enorme boca, haciéndome una mamada impresionante, hasta que exploté y me corrí, como un desesperado, dentro de su boca.
Sin decir una palabra me enjuago y me puso un albornoz blanco. Yo no me atrevía a mirarla. Me fui al dormitorio detrás de ella como un corderito y me quedé de pie, a un lado de la cama, sin saber que hacer. Ella abrió la puerta central de ropero y empezó a buscar en los cajones, mi ropa interior. Estaba de espalda a mí y por primera vez me atreví a mirarla fijamente. Al agacharse para abrir el cajón inferior, se le subió por detrás un poco la falda, unos dedos por encima de las rodillas. Tenia unas piernas enormes, como de elefante, que mas bien parecian dos columnas jónicas. Y un culo enorme, de medio metro cuadrado que ocupaba toda la puerta del ropero. A pesar de mi corta edad, ya me habia follado varias veces a Jacinta, una señora cincuentona que venia a limpiar a casa los martes y jueves por la tarde. Me armé de valor y me acerqué a ella por detrás y la abracé por la cintura. Ella se quedó en la misma postura, agachada. Le levanté la falda y aparecieron unas enormes bragas acanaladas de color rosa. Empecé a besarle los muslos y a morderle el culo, encima de las bragas. Ella seguía quieta, agachada, en la misma posición. Empinándome de puntillas, intenté metérsela a través de las bragas, pero no atinaba. Ella sin moverse, me la cogió con una mano por debajo, se agachó un poco y echando a un lado las bragas, se la metió de un golpe; en aquel inmenso coño, que mas parecía el chocho de una vaca. Lanzó un pequeño suspiro cuando mi pollita entró, el primer sonido que le oía en toda la noche. Pienso que hacia años que no le entraba nada, y que estaba lleno de telarañas, pero a mí me pareció un coño de seda, suavito y grande, como engrasado de mermelada. Durante un rato me la estuve follando, y ella suspiraba y suspiraba, hasta que me corrí por segunda vez. Cuando terminé, ella se incorporó y se subió las bragas sin decir nada. Me cogió en brazos, me dio un fuerte beso en la mejilla y me metió en la cama. Y tal cual había venido se marchó.
Ya no volví a verla más.
Hasta ahora, no le había comentado a nadie lo sucedido. Pero muchas noches me he pajeado pensando en sus inmensas piernas y en su enorme culo blanco.
Su casa era enorme y por su tamaño me pareció que los padres de David eran muy ricos. La primera noche desde mi llegada, cuando terminamos de cenar, la madre me dijo algo, pero como hablaba un inglés muy rápido, no le entendí ni papa y le contesté con una sonrisa. David me hizo una señal con la cabeza, nos levantábamos y subimos las escaleras hacia los dormitorios. Me acompaño hasta mi alcoba y me deseo buenas noches en la puerta.
El dormitorio era grandísimo. En medio de la habitación había una cama alta y grande, con mesilla de noche a ambos lados. A la izquierda había un ropero enorme, de ocho puertas, de madera oscura. Había una puerta blanca con cristales esmerilados, que suponía era el cuarto de baño.
Comencé a desnudarme, para ponerme el pijama. Me quité los pantalones y cuando lo estaba colgando en la silla, sentí unos golpes en la puerta y sin que diera tiempo a decir nada, entró una señora que no había visto hasta entonces. Era una mujer de unos cincuenta años, alta y gruesa, vestida con un traje negro y un delantal blanco. Llevaba el pelo recogido en una cola y andaba a pasos agigantados. Se veía enorme y con unos ojos azules brillantes y un semblante muy autoritario.
Sin decir palabra, se dirigió a la puerta blanca, la abrió y se metió dentro. Encendió la luz y al escuchar el ruido del agua al caer, supuse que había abierto el grifo de la bañera. Yo terminé de ponerme el pijama y me metí en la cama en un santiamén.
Al ratito, salió la misteriosa señora y sin mirarme, me cogió de un brazo y me sacó bruscamente de la cama. Comenzó a quitarme el pijama sin decir palabra. Estuve a punto de decirle que no hacia falta que me ayudara, que yo sabía desnudarme sólo; pero su estampa militar me intimidó, y me quedé callado. Después me quitó la camiseta y los calzoncillos y yo me iba a morir de vergüenza.
Cuando terminó de desnudarme, me cogió del brazo y me llevó al cuarto de baño. La bañera estaba totalmente llena de agua caliente y el vapor que desprendía había embadurnado todos los espejos. Después de comprobar con su mano la temperatura del agua, me cogió de nuevo del brazo, y casi empujándome, me metió en la bañera. Yo me quedé de pie, quieto como una estatua. No sabia que hacer. Ni siquiera me atrevía a mirarla. Ella, con la mayor naturalidad del mundo, cogió una esponja, le echó un poco de gel, y comenzó a enjabonarme el pecho. Me sentía ridículo, desnudo ante ella. Luego me dio la vuelta y durante un rato, me enjabonó la espalda y las piernas. Luego, me dio la vuelta y sin mediar palabra comenzó a lavarme los muslos por delante.
De pronto, con la mayor naturalidad, me la cogió con su mano izquierda, perdiéndose en su manaza, mientras me enjabonaba las entrepiernas y los huevos.Se veía que estaba muy acostumbrada a hacerlo y comprendí que el pobre de David sufriría a diario este tormento.
Pero mi pollita proletaria no estaba acostumbrada a tanta exquisitez y a pesar de la timidez y en contra de mi voluntad, empezó a hincharse poco a poco, como si de un globo se tratará.Ella, al notar como iba creciendo lo que tenía entremanos, sorprendida, se quedó paralizada un instante, como si de un bicho se tratara.
Quizás no comprendía como David, que tenia mi misma edad, seguía siendo un niño y yo que aparentaba quizás menos edad, ya era un hombre. Yo estaba avergonzado. No sabia lo que hacer.
Pero ella continuó como si nada hubiera pasado. Yo miraba al frente, sin atreverme a bajar la mirada, pero notaba, asustado, como mi polla iba creciendo y creciendo, entre la inmensa mano de la señora y sentía como el capullo se había salido de su mano. De pronto, la señora se arrodilló, y de un golpe, se la metió entera en su boca, y empezó a chuparla con sus grandes labios y su enorme boca, haciéndome una mamada impresionante, hasta que exploté y me corrí, como un desesperado, dentro de su boca.
Sin decir una palabra me enjuago y me puso un albornoz blanco. Yo no me atrevía a mirarla. Me fui al dormitorio detrás de ella como un corderito y me quedé de pie, a un lado de la cama, sin saber que hacer. Ella abrió la puerta central de ropero y empezó a buscar en los cajones, mi ropa interior. Estaba de espalda a mí y por primera vez me atreví a mirarla fijamente. Al agacharse para abrir el cajón inferior, se le subió por detrás un poco la falda, unos dedos por encima de las rodillas. Tenia unas piernas enormes, como de elefante, que mas bien parecian dos columnas jónicas. Y un culo enorme, de medio metro cuadrado que ocupaba toda la puerta del ropero. A pesar de mi corta edad, ya me habia follado varias veces a Jacinta, una señora cincuentona que venia a limpiar a casa los martes y jueves por la tarde. Me armé de valor y me acerqué a ella por detrás y la abracé por la cintura. Ella se quedó en la misma postura, agachada. Le levanté la falda y aparecieron unas enormes bragas acanaladas de color rosa. Empecé a besarle los muslos y a morderle el culo, encima de las bragas. Ella seguía quieta, agachada, en la misma posición. Empinándome de puntillas, intenté metérsela a través de las bragas, pero no atinaba. Ella sin moverse, me la cogió con una mano por debajo, se agachó un poco y echando a un lado las bragas, se la metió de un golpe; en aquel inmenso coño, que mas parecía el chocho de una vaca. Lanzó un pequeño suspiro cuando mi pollita entró, el primer sonido que le oía en toda la noche. Pienso que hacia años que no le entraba nada, y que estaba lleno de telarañas, pero a mí me pareció un coño de seda, suavito y grande, como engrasado de mermelada. Durante un rato me la estuve follando, y ella suspiraba y suspiraba, hasta que me corrí por segunda vez. Cuando terminé, ella se incorporó y se subió las bragas sin decir nada. Me cogió en brazos, me dio un fuerte beso en la mejilla y me metió en la cama. Y tal cual había venido se marchó.
Ya no volví a verla más.
Hasta ahora, no le había comentado a nadie lo sucedido. Pero muchas noches me he pajeado pensando en sus inmensas piernas y en su enorme culo blanco.
ME COGI A MI DOCTORA 2
No había bajado la erección de mi pene cuando retiré con el brazo todos los objetos de la mesa que cayeron al suelo haciendo un considerable alboroto. En ese instante apoyé su espalda contra la mesa y le tiré del pantalón del pijama hasta quitarlo por completo. Sus piernas me atraparon la cintura y me acercaron a su sexo cubierto por una bonita tanga blanca de algodón.
Cuando me agachaba para besar sus pechos, descubrí que la luz se había encendido en el cuarto de al lado, y la puerta estaba un poco más entreabierta. Ahora podía ver a la enfermera con claridad, tenía una mano metida dentro del pantalón y me miró con cara de deseo.
No esta mal tener público pensé, y le mantuve la mirada un par de segundos, pero me apetecía más lamer aquellos pechos morenos y dulces, redondos y duros. Dicho y echo, mi lengua recorrió aquellos pezones y los mordió quedando en mi boca el sabor que solo tiene el pecho de una mujer.
Baje hasta su estómago con la lengua, dejando un abundante rastro de saliva alrededor de sus pechos y escote y, mientras jugaba con la lengua en su ombligo, mis manos recorrieron la superficie resbaladiza de su piel mojada y acaricié cada punto de aquellas magníficas tetas y de aquel sugerente vientre.
Llegué con mi lengua al tanga y noté el vello bien cuidado debajo de él. Acerqué mi lengua a su sexo y moví la lengua sobre él, lo que hizo que ella suspirara y me acariciara el pelo. Entonces cogí el tanga y lo mordí, tirando de él hacia fuera, al principio no logré quitarlo, pero con una ligera ayuda de sus manos, lo retiré de sus piernas con la boca.
Allí estaba, de pié, con el tanga de mi doctora en la boca, con la erección de antes que aún no había cedido y con un sexo húmedo esperando. Antes de acercarme a él, me dirigí hacia la puerta y la abrí un poco más, Eva se inquietó al verme venir, y pude ver su cara de frustración al volverme hacia la mesa.
Desde esa posición ella lo veía todo, y nosotros la veíamos a ella. Y vimos como se desnudaba de cintura para arriba y acariciaba sus pechos.
Volví mi mirada hacia el sexo que yacía goteando flujo sobre la mesa y me arrodillé llevándolo a mi boca. Siempre he admirado el sabor que tiene, tan dulce y exquisito. Saboree su interior, recorriendo sus labios mayores y menores, y de vez en cuando, quitándome algún pequeño pelito de la lengua.
Recorrí su superficie, un labio y otro, e intenté meter mi lengua hasta el fondo de aquella dulce raja, mi lengua penetró aquel cuerpo mientras mis manos acariciaban su vientre y su culo. Mis oídos se deleitaron con sus gemidos y pude oír otro en la otra habitación. Miré hacia allí y vi como la enfermera tenía las bragas en los tobillos y se masturbaba con una mano.
Miré a los ojos de mi doctora y pensé que era hora de vengarme, arrodillado, hice que apoyara sus pies en mis hombros y que se abriera aún más de piernas. En ese momento recorrí su clítoris y bajé la lengua por el coño para llegar a su perineo y luego su ano. Ella gimió y se movió como queriendo zafarse de mi lengua pero yo sujeté firme sus piernas sobre mí y lamí toda la superficie de su culo.
Ella acariciaba mis cabellos y yo cogí una de sus manos y le chupé los dedos, con los dedos humedecidos, le introduje uno dentro de la vagina y con su mano en mi poder, acaricié su sexo a mi antojo, chupando sus dedos para recordar el sabor de su interior.
En el otro cuarto, un vibrador eléctrico sonaba entre las piernas de la enfermera. Me asombré de aquella profusión de aparatos en la consulta y decidí seguir con mi venganza.
Metí sus dedos en mi boca, casi toda la mano se mojó con mi saliva, sus dedos jugaron dentro de mi boca y mi lengua les correspondió a todos y cada uno de ellos. Entonces siguiendo con mi juego, cogí su mano y cuando ella encaminó su mano al sexo, yo se la agarré y bajé un poco más. Cogí su dedo índice y acaricié su ano, frotándolo contra su humedecida superficie, luego cogí su dedo corazón y por última vez lo alojé en mi boca, mojándolo, entonces lo dirigí hacia su ano y con un movimiento lo fui introduciendo.
Lo tenía casi dentro cuando lamí el dorso de su mano y la moví hacia dentro y hacia fuera. En ese momento ella se estaba penetrando. Mi mano pasó por debajo de la suya y mis dedos entraron en su vagina haciendo lo mismo, siguiendo el ritmo que ella imponía.
La luz iluminaba el otro cuarto y me permitió ver cómo la otra chica se metía el vibrador en la boca y lo mamaba y relamía con gusto, para a continuación introducírselo igualmente por el ano. ¡Nos estaba imitando¡.
En ese momento sentí como la mano de la médico intentaba retirarse y dirigí mi vista hacia su dedo viendo como salía de su ano, cuando huno salido por completo retiré mis dedos de su vagina y pasé sus flujos por mi glande.
Mi pene pedía guerra, no lo podía negar, todo mi cuerpo pedía guerra. Mis testículos dolían después de 20 minutos de empalme, pero mi pene seguía como el primer minuto.
Me incliné sobre ella y besé sus pechos y su boca. Y la dije.....
- ¿Estas preparada?.
Ella dijo... - ¡sí! Y un suspiro surgió de nuevo de su garganta.
Seguía con las piernas abiertas y mostrando su sexo dispuesto cuando me cogí el pene y, disfrutando de la hermosa vista de aquel coño tan rasuradito y limpio, lo acerqué a su entrada. Cogiendo el pene por la base, introduje el glande entre sus labios, en la entrada a la vagina; pero no lo introduje más. A continuación lo retiré y volví a ver desde arriba cómo mi pene entraba parcialmente dentro de ella.
Me gustaba ver como entraba y salía. Y a ella no parecía disgustarle, pues se movía como una posesa.
- ¡Fóllame! Me dijo.
Al oír su orden, de un golpe de cadera le introduje todo el pene en su interior y la mesa se movió de su base por el impacto. Sus pechos bailaron como flanes al recibir su cuerpo toda la rabia de mi impulso.
-Ahhhh- Un gran gemido se oyó en la consulta. Y a continuación oí otro en la otra habitación. Eva estaba teniendo un orgasmo, su consolador permanecía vibrando en su culo mientras sus dedos acariciando su yoni hicieron que se corriera. Se echó hacia atrás golpeando el armario, el vibrador se deslizó de su culo y cayó al suelo cuando sus músculos se relajaron tras la primera oleada de placer.
Otro movimiento de mi cadera hizo caer un cuaderno que aún seguía sobre la mesa, al mismo tiempo que producía otro gran gemido de ella. Dejé de hacer movimientos lentos y mi cadera comenzó a empujar haciendo que mi pene se moviera brusca y rápidamente en su interior.
Mi placer cada vez era más grande y mis riñones sufrían con el esfuerzo de mis embestidas y casi agotado sentí cómo ella hacía fuerza con sus piernas sobre mi cadera, sentí su respiración acelerarse y cómo algo en su interior se movía, estaba contrayendo sus músculos sobre mí, moviéndolos como un ascensor, pajeándome a la vez que me follaba. Y sentía ese movimiento cuando oí ese gemido tan especial que deberíamos tener en la memoria siempre.
Ese ruido llenó mis oídos, ese gemido, ese llanto que retumbó en las paredes, entró en mi y me hizo moverme como un poseso, hasta que tras un par de sacudidas no pude más, ella se apretó contra mí, me retuvo entre sus piernas y se quedó inmóvil presionándome sobre ella, sudando, jadeando. Sus piernas me apretaban con tanta fuerza que incluso me llegaron a hacer daño, y el orgasmo que me estaba llegando se perdió al cesar todo movimiento.
En el cuarto contiguo nuestra mirona se había tumbado y se estaba relamiendo, masturbándose de nuevo y observando cada uno de nuestros movimientos. Ahora era yo el que necesitaba el orgasmo, hice fuerza para desencajar las piernas que me rodeaban y retiré mi pene todo mojado por los flujos de aquella ardiente mujer. Mis manos cogieron mi polla y cuando comencé a moverla, unas manos me lo impidieron.
- Te quiero todo para mí - dijo.
Y me pidió que me tumbara sobre la camilla. ¡Otra vez pensé!. Pero esta vez me tumbó boca arriba y se puso a horcajadas sobre mí. Su pelo hacía cosquillas en mi cuello cuando se acercaba para besar mis labios, sus manos se apoyaron en mi pecho y sus dedos comenzaron a clavarse en mi piel mientras su cadera comenzó a moverse sobre mi sexo caliente.
Jamás me habían montado de esa manera, era un movimiento rítmico y constante, su cuerpo estaba comiéndose al mío, me estaba haciendo morir de placer, me estaba reventando la polla. Estaba follándome como una posesa y me estaba acercando al orgasmo.
Pero no era yo el único que llegaba al orgasmo, mi esmerada doctora moviéndose con exactitud sobre sus puntos más placenteros estaba a punto también, y seguía como una jinete echándome el polvo más bestial que haya practicado nunca.
Alguien llamó a la puerta, y el picaporte giró sin llegar a abrir la puerta mientras ella bailaba sobre mí. Esa interrupción retrasó unos segundos mi orgasmo, pero al ver que no se repetía la llamada, y que mi montura estaba gimiendo cada vez más deprisa, me incliné hacia detrás y rodeando su cuello con una mano, la atraje hacia mi cara y la besé. La lamí. La jadee al oído. Y cuando mi cuerpo parecía explotar la eché hacia detrás y la dije:
- ¡MÁS! ¡MÁS!
Ella me miró a la cara y lo vi en sus ojos, sus labios hicieron una mueca, se relamía con su lengua y la saliva fluía por su boca; mientras un hilo de saliva caía en mi pecho ella miró hacia el techo y me folló como nadie lo ha hecho nunca. Gritó y su orgasmo tomó mi linga e hizo explotar todo mi semen en su interior, mezclando mi leche caliente con su propia leche, mezclando su gemido con el mío. Y con el gemido de la enfermera que con nuestro orgasmo estaba alcanzando el suyo propio.
- AAAAAHHHHHHH – Los tres gritamos y jadeamos despues de habernos corrido al unísono.
Al inclinarme vi cómo Eva se acariciaba el sexo y dirigía su mano a la boca donde introdujo sus dedos y se relamió la mano, saboreando el sabor de su orgasmo, tras lo cual nos tiró un beso y cerró la puerta.
En la consulta reinó el silencio, ambos nos vestimos y recogimos todo tal y como estaba antes de entrar. Ella me besó y me dijo:
-Estas curado, puedes irte –
Yo le conteste:
-Gracias cariño, que pases una buena mañana –
-Va a ser imposible mejorar esto- Me dijo y me besó. -Hasta la noche-
Cuando salí por la puerta, la pareja de ancianos y dos mujeres que habían llegado después de que yo hubiera entrado, me miraron con sorpresa y en sus ojos pude adivinar que el ruido había sido excesivo para tan finas paredes.
La enfermera salió y reclamó en voz alta el nombre de la anciana. Antes de irme me dijo en voz baja:
- Adiós macizo, la próxima vez te pediré prestado a tu mujer -.
Y salí del hospital. Y llegué al trabajo. Y llegué a casa. Aún el sabor de su sexo permanecía en mi paladar.
Mi mujer estaba allí, haciendo la cena. Desnuda, tan solo con la bata del hospital.
Me acerqué a ella y le dije:
- Gracias doctora. Te quiero -
Cuando me agachaba para besar sus pechos, descubrí que la luz se había encendido en el cuarto de al lado, y la puerta estaba un poco más entreabierta. Ahora podía ver a la enfermera con claridad, tenía una mano metida dentro del pantalón y me miró con cara de deseo.
No esta mal tener público pensé, y le mantuve la mirada un par de segundos, pero me apetecía más lamer aquellos pechos morenos y dulces, redondos y duros. Dicho y echo, mi lengua recorrió aquellos pezones y los mordió quedando en mi boca el sabor que solo tiene el pecho de una mujer.
Baje hasta su estómago con la lengua, dejando un abundante rastro de saliva alrededor de sus pechos y escote y, mientras jugaba con la lengua en su ombligo, mis manos recorrieron la superficie resbaladiza de su piel mojada y acaricié cada punto de aquellas magníficas tetas y de aquel sugerente vientre.
Llegué con mi lengua al tanga y noté el vello bien cuidado debajo de él. Acerqué mi lengua a su sexo y moví la lengua sobre él, lo que hizo que ella suspirara y me acariciara el pelo. Entonces cogí el tanga y lo mordí, tirando de él hacia fuera, al principio no logré quitarlo, pero con una ligera ayuda de sus manos, lo retiré de sus piernas con la boca.
Allí estaba, de pié, con el tanga de mi doctora en la boca, con la erección de antes que aún no había cedido y con un sexo húmedo esperando. Antes de acercarme a él, me dirigí hacia la puerta y la abrí un poco más, Eva se inquietó al verme venir, y pude ver su cara de frustración al volverme hacia la mesa.
Desde esa posición ella lo veía todo, y nosotros la veíamos a ella. Y vimos como se desnudaba de cintura para arriba y acariciaba sus pechos.
Volví mi mirada hacia el sexo que yacía goteando flujo sobre la mesa y me arrodillé llevándolo a mi boca. Siempre he admirado el sabor que tiene, tan dulce y exquisito. Saboree su interior, recorriendo sus labios mayores y menores, y de vez en cuando, quitándome algún pequeño pelito de la lengua.
Recorrí su superficie, un labio y otro, e intenté meter mi lengua hasta el fondo de aquella dulce raja, mi lengua penetró aquel cuerpo mientras mis manos acariciaban su vientre y su culo. Mis oídos se deleitaron con sus gemidos y pude oír otro en la otra habitación. Miré hacia allí y vi como la enfermera tenía las bragas en los tobillos y se masturbaba con una mano.
Miré a los ojos de mi doctora y pensé que era hora de vengarme, arrodillado, hice que apoyara sus pies en mis hombros y que se abriera aún más de piernas. En ese momento recorrí su clítoris y bajé la lengua por el coño para llegar a su perineo y luego su ano. Ella gimió y se movió como queriendo zafarse de mi lengua pero yo sujeté firme sus piernas sobre mí y lamí toda la superficie de su culo.
Ella acariciaba mis cabellos y yo cogí una de sus manos y le chupé los dedos, con los dedos humedecidos, le introduje uno dentro de la vagina y con su mano en mi poder, acaricié su sexo a mi antojo, chupando sus dedos para recordar el sabor de su interior.
En el otro cuarto, un vibrador eléctrico sonaba entre las piernas de la enfermera. Me asombré de aquella profusión de aparatos en la consulta y decidí seguir con mi venganza.
Metí sus dedos en mi boca, casi toda la mano se mojó con mi saliva, sus dedos jugaron dentro de mi boca y mi lengua les correspondió a todos y cada uno de ellos. Entonces siguiendo con mi juego, cogí su mano y cuando ella encaminó su mano al sexo, yo se la agarré y bajé un poco más. Cogí su dedo índice y acaricié su ano, frotándolo contra su humedecida superficie, luego cogí su dedo corazón y por última vez lo alojé en mi boca, mojándolo, entonces lo dirigí hacia su ano y con un movimiento lo fui introduciendo.
Lo tenía casi dentro cuando lamí el dorso de su mano y la moví hacia dentro y hacia fuera. En ese momento ella se estaba penetrando. Mi mano pasó por debajo de la suya y mis dedos entraron en su vagina haciendo lo mismo, siguiendo el ritmo que ella imponía.
La luz iluminaba el otro cuarto y me permitió ver cómo la otra chica se metía el vibrador en la boca y lo mamaba y relamía con gusto, para a continuación introducírselo igualmente por el ano. ¡Nos estaba imitando¡.
En ese momento sentí como la mano de la médico intentaba retirarse y dirigí mi vista hacia su dedo viendo como salía de su ano, cuando huno salido por completo retiré mis dedos de su vagina y pasé sus flujos por mi glande.
Mi pene pedía guerra, no lo podía negar, todo mi cuerpo pedía guerra. Mis testículos dolían después de 20 minutos de empalme, pero mi pene seguía como el primer minuto.
Me incliné sobre ella y besé sus pechos y su boca. Y la dije.....
- ¿Estas preparada?.
Ella dijo... - ¡sí! Y un suspiro surgió de nuevo de su garganta.
Seguía con las piernas abiertas y mostrando su sexo dispuesto cuando me cogí el pene y, disfrutando de la hermosa vista de aquel coño tan rasuradito y limpio, lo acerqué a su entrada. Cogiendo el pene por la base, introduje el glande entre sus labios, en la entrada a la vagina; pero no lo introduje más. A continuación lo retiré y volví a ver desde arriba cómo mi pene entraba parcialmente dentro de ella.
Me gustaba ver como entraba y salía. Y a ella no parecía disgustarle, pues se movía como una posesa.
- ¡Fóllame! Me dijo.
Al oír su orden, de un golpe de cadera le introduje todo el pene en su interior y la mesa se movió de su base por el impacto. Sus pechos bailaron como flanes al recibir su cuerpo toda la rabia de mi impulso.
-Ahhhh- Un gran gemido se oyó en la consulta. Y a continuación oí otro en la otra habitación. Eva estaba teniendo un orgasmo, su consolador permanecía vibrando en su culo mientras sus dedos acariciando su yoni hicieron que se corriera. Se echó hacia atrás golpeando el armario, el vibrador se deslizó de su culo y cayó al suelo cuando sus músculos se relajaron tras la primera oleada de placer.
Otro movimiento de mi cadera hizo caer un cuaderno que aún seguía sobre la mesa, al mismo tiempo que producía otro gran gemido de ella. Dejé de hacer movimientos lentos y mi cadera comenzó a empujar haciendo que mi pene se moviera brusca y rápidamente en su interior.
Mi placer cada vez era más grande y mis riñones sufrían con el esfuerzo de mis embestidas y casi agotado sentí cómo ella hacía fuerza con sus piernas sobre mi cadera, sentí su respiración acelerarse y cómo algo en su interior se movía, estaba contrayendo sus músculos sobre mí, moviéndolos como un ascensor, pajeándome a la vez que me follaba. Y sentía ese movimiento cuando oí ese gemido tan especial que deberíamos tener en la memoria siempre.
Ese ruido llenó mis oídos, ese gemido, ese llanto que retumbó en las paredes, entró en mi y me hizo moverme como un poseso, hasta que tras un par de sacudidas no pude más, ella se apretó contra mí, me retuvo entre sus piernas y se quedó inmóvil presionándome sobre ella, sudando, jadeando. Sus piernas me apretaban con tanta fuerza que incluso me llegaron a hacer daño, y el orgasmo que me estaba llegando se perdió al cesar todo movimiento.
En el cuarto contiguo nuestra mirona se había tumbado y se estaba relamiendo, masturbándose de nuevo y observando cada uno de nuestros movimientos. Ahora era yo el que necesitaba el orgasmo, hice fuerza para desencajar las piernas que me rodeaban y retiré mi pene todo mojado por los flujos de aquella ardiente mujer. Mis manos cogieron mi polla y cuando comencé a moverla, unas manos me lo impidieron.
- Te quiero todo para mí - dijo.
Y me pidió que me tumbara sobre la camilla. ¡Otra vez pensé!. Pero esta vez me tumbó boca arriba y se puso a horcajadas sobre mí. Su pelo hacía cosquillas en mi cuello cuando se acercaba para besar mis labios, sus manos se apoyaron en mi pecho y sus dedos comenzaron a clavarse en mi piel mientras su cadera comenzó a moverse sobre mi sexo caliente.
Jamás me habían montado de esa manera, era un movimiento rítmico y constante, su cuerpo estaba comiéndose al mío, me estaba haciendo morir de placer, me estaba reventando la polla. Estaba follándome como una posesa y me estaba acercando al orgasmo.
Pero no era yo el único que llegaba al orgasmo, mi esmerada doctora moviéndose con exactitud sobre sus puntos más placenteros estaba a punto también, y seguía como una jinete echándome el polvo más bestial que haya practicado nunca.
Alguien llamó a la puerta, y el picaporte giró sin llegar a abrir la puerta mientras ella bailaba sobre mí. Esa interrupción retrasó unos segundos mi orgasmo, pero al ver que no se repetía la llamada, y que mi montura estaba gimiendo cada vez más deprisa, me incliné hacia detrás y rodeando su cuello con una mano, la atraje hacia mi cara y la besé. La lamí. La jadee al oído. Y cuando mi cuerpo parecía explotar la eché hacia detrás y la dije:
- ¡MÁS! ¡MÁS!
Ella me miró a la cara y lo vi en sus ojos, sus labios hicieron una mueca, se relamía con su lengua y la saliva fluía por su boca; mientras un hilo de saliva caía en mi pecho ella miró hacia el techo y me folló como nadie lo ha hecho nunca. Gritó y su orgasmo tomó mi linga e hizo explotar todo mi semen en su interior, mezclando mi leche caliente con su propia leche, mezclando su gemido con el mío. Y con el gemido de la enfermera que con nuestro orgasmo estaba alcanzando el suyo propio.
- AAAAAHHHHHHH – Los tres gritamos y jadeamos despues de habernos corrido al unísono.
Al inclinarme vi cómo Eva se acariciaba el sexo y dirigía su mano a la boca donde introdujo sus dedos y se relamió la mano, saboreando el sabor de su orgasmo, tras lo cual nos tiró un beso y cerró la puerta.
En la consulta reinó el silencio, ambos nos vestimos y recogimos todo tal y como estaba antes de entrar. Ella me besó y me dijo:
-Estas curado, puedes irte –
Yo le conteste:
-Gracias cariño, que pases una buena mañana –
-Va a ser imposible mejorar esto- Me dijo y me besó. -Hasta la noche-
Cuando salí por la puerta, la pareja de ancianos y dos mujeres que habían llegado después de que yo hubiera entrado, me miraron con sorpresa y en sus ojos pude adivinar que el ruido había sido excesivo para tan finas paredes.
La enfermera salió y reclamó en voz alta el nombre de la anciana. Antes de irme me dijo en voz baja:
- Adiós macizo, la próxima vez te pediré prestado a tu mujer -.
Y salí del hospital. Y llegué al trabajo. Y llegué a casa. Aún el sabor de su sexo permanecía en mi paladar.
Mi mujer estaba allí, haciendo la cena. Desnuda, tan solo con la bata del hospital.
Me acerqué a ella y le dije:
- Gracias doctora. Te quiero -
ME COGI A MI DOCTORA 1
Entré por la puerta principal, eran las 10 de la mañana y mientras accedía al edificio observé como dos vigilantes de seguridad comprobaban la documentación de un indigente, mientras en la recepción, los bedeles no paraban de atender a puñados de gente que venía a visitar a sus amigos y familiares convalecientes.
El edificio era familiar para mí, pues en alguna infausta ocasión ya había que tenido que visitarlo, conocía bien los pasillos que debía recorrer y los ascensores que comunicaban a las plantas con mayor rapidez. Aún así, he de reconocer que a veces me pierdo en los largos corredores de este hospital.
En estos casos lo mejor es seguir a las enfermeras que vistiendo sus pijamas de hospital recorren de un lado a otro el edificio. Al menos el camino se hace más corto, sobre todo si el pijama transparenta e intentas adivinar qué tipo de ropa interior está recubriendo su cuerpo.
Caminaba absorto con estos pensamientos cuando por el rabillo del ojo comencé a ver las señales de peligro por radioactividad, ya estaba cerca de mi destino, así que no tuve más remedio que decirle adiós a aquellas braguitas moradas que tan bien le sentaban a aquella enfermera y torcí a la derecha.
Cogí el ascensor hasta el primer piso y llegué a la consulta de respiratorio, en el rellano sentados estaba una pareja de ancianos cogidos de la mano y un adulto de unos 40 años. Había poca gente, mucho mejor para mí, pensé.
Pasé un ratillo mirando los carteles que exhortaban a dejar de fumar cuando el hombre salió de la consulta y la enfermera gritó mi nombre como si aquel local estuviese lleno hasta la bandera.
Cuando entré en la consulta, mi médico me dio los buenos días y me dijo que me sentara, me indicó una de las sillas situadas justo delante de su mesa y me pidió que le comentara mi dolencia. Ella era morena, tenía el pelo rizado que le llegaba hasta los hombros y unos hermosos ojos castaño oscuro; aquel día debía llevar lentillas pues otras veces la había visto con gafas.
Llevaba una bata blanca, como cualquier médico del hospital, pero me fijé en el colgante que llevaba puesto, apuntaba hacia un escote de pico delicioso que dejaba ver su piel morena y al fijarme en su pecho, me ruboricé al ver que tanto la médico como la enfermera me habían observado haciéndolo. Menuda pillada pensé.
Tras la breve explicación sobre lo que me ocurría, la doctora con voz áspera me ordenó que me quitara la camisa. Dicho lo cual me puse de pié y dejé la chaqueta del traje y la corbata en un perchero. Mientras me quitaba la camisa vi que la enfermera me miraba, me pareció que aquello no era interés profesional, su mirada ocultaba algo raro.
En ese momento estaba desnudo de cintura para arriba, la doctora se puso en pié y para mi sorpresa le dijo a Eva, que así se llamaba la enfermera, que se tomara ahora el descanso y que podía ir a por un par de cafés a la cafetería principal.
Cuando la puerta se hubo cerrado, me quedé helado al ver que la doctora se acercaba a ella y echaba el cerrojo. A continuación se dio la vuelta y me pidió que levantara los brazos, naturalmente le obedecí, se colocó detrás de mí y posó el fonendo sobre mi espalda, el frío del aparato se mezclo con el calor de las manos que lo apretaban contra mí.
- Diga 33 -
Y mientras obedecía sus órdenes noté como una mano recorría mi espalda, aquello definitivamente no era normal, lo supe con seguridad cuando noté su lengua recorriendo mi espalda y oí como dejaba el fonendo encima de la camilla, detrás de mí.
Los pantalones del traje dejaban ya entrever que aquello me estaba gustando.
- ¡Desnúdate¡ -
¿Quién puede negarse a las órdenes de una médico tan hermosa pensé yo?. Y me quité los zapatos y los pantalones, estando ya en calzoncillos noté sus manos recorrer mi espalda y llegar a mi cadera, sentí sus dedos meterse en mi ropa interior y tirar de ella hacia abajo dejándolos caer en el suelo.
Ella me estaba acariciando la espalda con la lengua y siguió haciéndolo con mis nalgas, y yo en todo momento no podía verla, la tenía a mis espaldas y tan solo notaba sus movimientos y sus caricias.
Mientras me acariciaba vi la bata de ella volar hacia su asiento y cuando intenté girarme para ver su cuerpo me lo impidió y me obligó a permanecer allí de pié, mientras ella se arrodillaba y me lamía las nalgas y bajaba hasta detrás de mis rodillas.
Oí un ruido en la habitación de al lado, pensé que la doctora sólo se había acordado de cerrar la puerta principal y temí que alguien pudiera entrar por aquella puerta. Había unas pequeñas ventanas que daban a ese cuarto y me tranquilicé ya que tan solo veía oscuridad y un par de armarios. Aquello parecía el cuarto dónde se cambiaba la enfermera.
Pero mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando ella me ordenó que me agachara y apoyara mis manos en la mesa. Obedecía sin rechistar y me estremecí al sentir su lengua subir por la pierna derecha, haciendo círculos hacia mi culo. Y solté un gemido cuando noté su lengua sobre mis testículos, los estaba lamiendo despacio, recorriéndolos por completo, y jugando con ellos, subió por el perineo hasta el ano, con sus manos separó mis nalgas y comenzó a pasar su lengua trazando círculos sobre mi ano, produciendo a mi pene una erección digna de recordar.
Mientras lo hacía sus manos me recorrieron las piernas y llegaron hasta mi sexo y lo comenzaron a mover, masturbándome con energía. Y mientras estaba chupando mi ano, sentí como algo se introdujo en él, al principio me sentí algo incómodo pero luego sus manos sobre mi sexo me hicieron recuperar la excitación inicial. La camisa del pijama blanco de la doctora voló cayendo en una esquina mientras sus hábiles manos me daban un placer extraño y nuevo.
De repente lo que fuera que me penetraba salió de mi interior (luego vería que era un consolador) y ella me giró, delante de mí estaba una morenaza desnuda a falta del pantalón del pijama de hospital, y pude ver dos hermosos pechos grandes y con una forma preciosa, con sus pezones erizados al máximo. ¿Cuándo se quitó el sujetador? ¿Lo llevaba? Yo me suelo fijar en esas cosas, pensaba cuando me invitó a tumbarme encima de la camilla. Puse el fonendo en la silla y me tumbé boca arriba.
Sentí sus besos en mi estómago y las cosquillas que producían sus pechos moviéndose encima de mi pene. Ella comenzó a moverse allí, haciendo que sus pechos me atraparan el pene y moviéndose arriba y abajo comenzó a masturbarme, aquello me gustaba pero duró poco pues enseguida siguió besando mi estómago hasta llegar a mi pene.
Lo cogió con una mano y se lo engulló entero, al comérmelo me dio una sacudida de placer y arquee mi espalda, y al mirar hacia la pared, descubrí que la puerta del cuarto de la enfermera estaba entreabierta y unos ojos nos miraban desde la oscuridad.
Era Eva, la enfermera, que de alguna manera había entrado por otra puerta hasta allí.
La lengua de la doctora recorría mi glande y mis ojos iban de esa lengua a la puerta y de la puerta a su boca. De repente, la mano de la doctora comenzó a moverse con rapidez y me hizo olvidarme de la puerta.
Estaba necesitando ya ese orgasmo, -no pares por favor- le dije y ella movió la cabeza sobre mi polla como asintiendo a mi petición, cambiando de ritmo la mano, su boca me engullía el pene mientras sus manos me pajeaban y me acariciaban los huevos.
Mis jadeos denotaban la presencia del orgasmo y ella me miró a los ojos, se retiró de mi pene y con la mano humedecida con su saliva me sacudió la linga con energía desde la base hasta el glande, y me miraba a los ojos cuando la primera oleada de semen cayó sobre su cara, momento en el que abrió la boca y me la volvió a comer con energía.
Mis gritos debieron oírse desde afuera, pues aquel orgasmo fue intenso, y ver cómo lamía el semen de sus labios me hizo excitarme aún más. Note el sabor de mi semen al besarla en la boca y entones decidí que ya era mi hora.
continuara .../..
El edificio era familiar para mí, pues en alguna infausta ocasión ya había que tenido que visitarlo, conocía bien los pasillos que debía recorrer y los ascensores que comunicaban a las plantas con mayor rapidez. Aún así, he de reconocer que a veces me pierdo en los largos corredores de este hospital.
En estos casos lo mejor es seguir a las enfermeras que vistiendo sus pijamas de hospital recorren de un lado a otro el edificio. Al menos el camino se hace más corto, sobre todo si el pijama transparenta e intentas adivinar qué tipo de ropa interior está recubriendo su cuerpo.
Caminaba absorto con estos pensamientos cuando por el rabillo del ojo comencé a ver las señales de peligro por radioactividad, ya estaba cerca de mi destino, así que no tuve más remedio que decirle adiós a aquellas braguitas moradas que tan bien le sentaban a aquella enfermera y torcí a la derecha.
Cogí el ascensor hasta el primer piso y llegué a la consulta de respiratorio, en el rellano sentados estaba una pareja de ancianos cogidos de la mano y un adulto de unos 40 años. Había poca gente, mucho mejor para mí, pensé.
Pasé un ratillo mirando los carteles que exhortaban a dejar de fumar cuando el hombre salió de la consulta y la enfermera gritó mi nombre como si aquel local estuviese lleno hasta la bandera.
Cuando entré en la consulta, mi médico me dio los buenos días y me dijo que me sentara, me indicó una de las sillas situadas justo delante de su mesa y me pidió que le comentara mi dolencia. Ella era morena, tenía el pelo rizado que le llegaba hasta los hombros y unos hermosos ojos castaño oscuro; aquel día debía llevar lentillas pues otras veces la había visto con gafas.
Llevaba una bata blanca, como cualquier médico del hospital, pero me fijé en el colgante que llevaba puesto, apuntaba hacia un escote de pico delicioso que dejaba ver su piel morena y al fijarme en su pecho, me ruboricé al ver que tanto la médico como la enfermera me habían observado haciéndolo. Menuda pillada pensé.
Tras la breve explicación sobre lo que me ocurría, la doctora con voz áspera me ordenó que me quitara la camisa. Dicho lo cual me puse de pié y dejé la chaqueta del traje y la corbata en un perchero. Mientras me quitaba la camisa vi que la enfermera me miraba, me pareció que aquello no era interés profesional, su mirada ocultaba algo raro.
En ese momento estaba desnudo de cintura para arriba, la doctora se puso en pié y para mi sorpresa le dijo a Eva, que así se llamaba la enfermera, que se tomara ahora el descanso y que podía ir a por un par de cafés a la cafetería principal.
Cuando la puerta se hubo cerrado, me quedé helado al ver que la doctora se acercaba a ella y echaba el cerrojo. A continuación se dio la vuelta y me pidió que levantara los brazos, naturalmente le obedecí, se colocó detrás de mí y posó el fonendo sobre mi espalda, el frío del aparato se mezclo con el calor de las manos que lo apretaban contra mí.
- Diga 33 -
Y mientras obedecía sus órdenes noté como una mano recorría mi espalda, aquello definitivamente no era normal, lo supe con seguridad cuando noté su lengua recorriendo mi espalda y oí como dejaba el fonendo encima de la camilla, detrás de mí.
Los pantalones del traje dejaban ya entrever que aquello me estaba gustando.
- ¡Desnúdate¡ -
¿Quién puede negarse a las órdenes de una médico tan hermosa pensé yo?. Y me quité los zapatos y los pantalones, estando ya en calzoncillos noté sus manos recorrer mi espalda y llegar a mi cadera, sentí sus dedos meterse en mi ropa interior y tirar de ella hacia abajo dejándolos caer en el suelo.
Ella me estaba acariciando la espalda con la lengua y siguió haciéndolo con mis nalgas, y yo en todo momento no podía verla, la tenía a mis espaldas y tan solo notaba sus movimientos y sus caricias.
Mientras me acariciaba vi la bata de ella volar hacia su asiento y cuando intenté girarme para ver su cuerpo me lo impidió y me obligó a permanecer allí de pié, mientras ella se arrodillaba y me lamía las nalgas y bajaba hasta detrás de mis rodillas.
Oí un ruido en la habitación de al lado, pensé que la doctora sólo se había acordado de cerrar la puerta principal y temí que alguien pudiera entrar por aquella puerta. Había unas pequeñas ventanas que daban a ese cuarto y me tranquilicé ya que tan solo veía oscuridad y un par de armarios. Aquello parecía el cuarto dónde se cambiaba la enfermera.
Pero mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando ella me ordenó que me agachara y apoyara mis manos en la mesa. Obedecía sin rechistar y me estremecí al sentir su lengua subir por la pierna derecha, haciendo círculos hacia mi culo. Y solté un gemido cuando noté su lengua sobre mis testículos, los estaba lamiendo despacio, recorriéndolos por completo, y jugando con ellos, subió por el perineo hasta el ano, con sus manos separó mis nalgas y comenzó a pasar su lengua trazando círculos sobre mi ano, produciendo a mi pene una erección digna de recordar.
Mientras lo hacía sus manos me recorrieron las piernas y llegaron hasta mi sexo y lo comenzaron a mover, masturbándome con energía. Y mientras estaba chupando mi ano, sentí como algo se introdujo en él, al principio me sentí algo incómodo pero luego sus manos sobre mi sexo me hicieron recuperar la excitación inicial. La camisa del pijama blanco de la doctora voló cayendo en una esquina mientras sus hábiles manos me daban un placer extraño y nuevo.
De repente lo que fuera que me penetraba salió de mi interior (luego vería que era un consolador) y ella me giró, delante de mí estaba una morenaza desnuda a falta del pantalón del pijama de hospital, y pude ver dos hermosos pechos grandes y con una forma preciosa, con sus pezones erizados al máximo. ¿Cuándo se quitó el sujetador? ¿Lo llevaba? Yo me suelo fijar en esas cosas, pensaba cuando me invitó a tumbarme encima de la camilla. Puse el fonendo en la silla y me tumbé boca arriba.
Sentí sus besos en mi estómago y las cosquillas que producían sus pechos moviéndose encima de mi pene. Ella comenzó a moverse allí, haciendo que sus pechos me atraparan el pene y moviéndose arriba y abajo comenzó a masturbarme, aquello me gustaba pero duró poco pues enseguida siguió besando mi estómago hasta llegar a mi pene.
Lo cogió con una mano y se lo engulló entero, al comérmelo me dio una sacudida de placer y arquee mi espalda, y al mirar hacia la pared, descubrí que la puerta del cuarto de la enfermera estaba entreabierta y unos ojos nos miraban desde la oscuridad.
Era Eva, la enfermera, que de alguna manera había entrado por otra puerta hasta allí.
La lengua de la doctora recorría mi glande y mis ojos iban de esa lengua a la puerta y de la puerta a su boca. De repente, la mano de la doctora comenzó a moverse con rapidez y me hizo olvidarme de la puerta.
Estaba necesitando ya ese orgasmo, -no pares por favor- le dije y ella movió la cabeza sobre mi polla como asintiendo a mi petición, cambiando de ritmo la mano, su boca me engullía el pene mientras sus manos me pajeaban y me acariciaban los huevos.
Mis jadeos denotaban la presencia del orgasmo y ella me miró a los ojos, se retiró de mi pene y con la mano humedecida con su saliva me sacudió la linga con energía desde la base hasta el glande, y me miraba a los ojos cuando la primera oleada de semen cayó sobre su cara, momento en el que abrió la boca y me la volvió a comer con energía.
Mis gritos debieron oírse desde afuera, pues aquel orgasmo fue intenso, y ver cómo lamía el semen de sus labios me hizo excitarme aún más. Note el sabor de mi semen al besarla en la boca y entones decidí que ya era mi hora.
continuara .../..
MI MAESTRA
Yo me considero una persona con mucha pero mucha suerte con las mujeres tal es que hago el primer relato que es a cerca de mi primera vez: Iba en primero de secundaria y tenia una maestra de geografia buenisima! morena, ojos verdes, un culo excelente desde la priemra vez que la vi me encanto pero entre mi dije porbre de ti cabron va a ser un amor platonico, entonces me escogieron como jefe de grupo y con la suerte de que esta maestra seria nuestra asesora y lo cual pues significaba que pasaria mas tiempo con ella, no empezamos a caer bien y un dia nos tocaba la materia de educacion fisica y todos andabamos en el patio como debia ser en short, derepente veo que pasa la maestra y me dice que vaya al salon que necesita platicar conmigo, entonces le pedi permiso al maestro de educacion fisica y me dice que hay problema, entro al salon y me dice "acercate no muerdo" me empiezo a poner nervioso me baja el short y me la empieza a mama hasta que me vine en su boca fue una sensacion que solo de acordarme me vengo otra vez, bueno posteriormente se organizo una excursion a Oaxtepec Mexico y todo el tiempo desde el camion me decia la maestra "te tengo una solo que no te me despeques y veras" y efectivamente llegando al balneario nos separamos del grupo y nos en un cuarto donde se guardan las cosas y entonces me la empezo a mama con locura y despues se la meti y me empezo a enseñar varias poses me vine dentro de ella como tres veces y yo queria mas pero no se para no levantar sospecha, y asi fue durante los 3 años de la secundaria cada que se podia me la cogia
MI TIA
Era una mañana cálida. Mis padres se marchaban de vacaciones un par de semanas y yo me quedaba sólito en casa, nunca lo había hecho y la idea me gustaba.
Adiós que lo paséis bien, les dije a mis padres mientras se marchaban, ya estaba solo y empezaba a aburrirme, cogí un viejo albun de fotos y me puse a ojearlo, de repente...... allí estaba, era mi tía Janet, una mujer de 34 años, morena guapisima y con el mejor culo que yo me pudiera imaginar. Llevaba masturbándome pensando en ella desde muy pequeño y aquella ocasión no iba a ser diferente, me tuve que masturbar.
A las 12 del mediodía me decidí a ir al videoclub a por una peli. Esta no esta tampoco y de repente.....
Toniiiii¡¡¡¡ una voz familiar me llamaba.
Era mi tía Janet, se acercaba a mi moviendo sus caderas lentamente a un lado y al otro . La mire de arriba abajo, llevaba una minifalda y un top que dejaba ver la forma de sus tetas, pequeñas pero muy lindas.
Hola, ¿ que tal Toni? me pregunto ,
Muy bien ,le dije.
Y....... tus padre ya se fueron?
Claro, esta mañana . Aquella mujer me excitaba solo con su presencia.
Bien, pues déjame que yo coja la peli y.... esta tarde te bienes a mi casa y la vemos . Yo no me pude negar.
El reloj daba las 5 y yo estaba llegando a su casa. Me abrió la puerta lentamente, llevaba puesto un batin que le llegaba solo hasta la cadera y dejaba ver sus braguitas blancas y con encaje.
Nos sentamos en el sofá y me ofreció un martini. Después de charlar un rato y no sacarle el ojo de su cuerpo, cosa de la cual ella se daba cuenta, se levanto y puso esa peli que ella había cogido en el videoclub. Que sorpresa cuando en la pantalla aparecía un hombre penetrando a varias mujeres a la vez una por una , era una peli porno. Yo no dije nada, solo la mire y ella me respondió con una sonrisa. Poco a poco la excitación nos embriagaba. Mi tía se estaba metiendo la mano lentamente por sus braguitas comenzaba a gemir muy suavemente.Yo que estaba tan excitado que pensaba que iba a explotar la miraba de reojo mientras se masturbaba.
Cogió mi mano y la llevo hasta su coñito que note húmedo y caliente, me cogió el dedo y lo metía en su precioso coñito una y otra vez. Ya los dos bien calientes nos pusimos de pie y nos morreamos un buen rato acariciando nuestros cuerpos con mucho deseo. De repente me empujó contra el sofá se agacho y comezo a pasar la punta de su lengua de arriba abajo por mi polla, muy despacio sin prisa alguna ,a mi aquello me gustaba mucho pero yo quería comérmela toda así que la cogí y me decidí a comerle todo su coño hasta que gimiera y se retorciera de gusto.
Comencé lamiéndole todo su sexo, y luego su clítoris, ella estaba tan excitada que gemía tanto que me volvía loco. Me dijo que quería sentir mi polla dentro de ella y así fue: se la metí cada vez con mas ganas, pero a ella lo que le iba era que la penetrasen por detrás y me lo propuso . Se puso a cuatro patas en el sofá y.... allí estaba el culo con el cual me había masturbado tantas veces ,todo para mi. Chupe mi dedo y se lo pase por su culito mojando de saliva su orificio , eso parecía gustarle. Le metí mi polla y ella gritaba de placer , pude notar que tubo un par de orgasmos, y a mi no me quedaba mucho para correrme, pues montaba su culito mojado y calentito y eso me excitaba. Me dijo que quería que me corriera dentro de ella, pues quería notar mi leche en sus entrañas y así fue le di toda mi leche ,luego nos quedamos morreando un largo tiempo, tocándonos y acariciándonos y como pensando que aquello teníamos que haberlo hecho antes.
Yo estaba contento, pues sabia que me esperaban las dos mejores semanas de mi vida y además lo había conseguido, me había cargado ese culo tan deseado.
DCL
Adiós que lo paséis bien, les dije a mis padres mientras se marchaban, ya estaba solo y empezaba a aburrirme, cogí un viejo albun de fotos y me puse a ojearlo, de repente...... allí estaba, era mi tía Janet, una mujer de 34 años, morena guapisima y con el mejor culo que yo me pudiera imaginar. Llevaba masturbándome pensando en ella desde muy pequeño y aquella ocasión no iba a ser diferente, me tuve que masturbar.
A las 12 del mediodía me decidí a ir al videoclub a por una peli. Esta no esta tampoco y de repente.....
Toniiiii¡¡¡¡ una voz familiar me llamaba.
Era mi tía Janet, se acercaba a mi moviendo sus caderas lentamente a un lado y al otro . La mire de arriba abajo, llevaba una minifalda y un top que dejaba ver la forma de sus tetas, pequeñas pero muy lindas.
Hola, ¿ que tal Toni? me pregunto ,
Muy bien ,le dije.
Y....... tus padre ya se fueron?
Claro, esta mañana . Aquella mujer me excitaba solo con su presencia.
Bien, pues déjame que yo coja la peli y.... esta tarde te bienes a mi casa y la vemos . Yo no me pude negar.
El reloj daba las 5 y yo estaba llegando a su casa. Me abrió la puerta lentamente, llevaba puesto un batin que le llegaba solo hasta la cadera y dejaba ver sus braguitas blancas y con encaje.
Nos sentamos en el sofá y me ofreció un martini. Después de charlar un rato y no sacarle el ojo de su cuerpo, cosa de la cual ella se daba cuenta, se levanto y puso esa peli que ella había cogido en el videoclub. Que sorpresa cuando en la pantalla aparecía un hombre penetrando a varias mujeres a la vez una por una , era una peli porno. Yo no dije nada, solo la mire y ella me respondió con una sonrisa. Poco a poco la excitación nos embriagaba. Mi tía se estaba metiendo la mano lentamente por sus braguitas comenzaba a gemir muy suavemente.Yo que estaba tan excitado que pensaba que iba a explotar la miraba de reojo mientras se masturbaba.
Cogió mi mano y la llevo hasta su coñito que note húmedo y caliente, me cogió el dedo y lo metía en su precioso coñito una y otra vez. Ya los dos bien calientes nos pusimos de pie y nos morreamos un buen rato acariciando nuestros cuerpos con mucho deseo. De repente me empujó contra el sofá se agacho y comezo a pasar la punta de su lengua de arriba abajo por mi polla, muy despacio sin prisa alguna ,a mi aquello me gustaba mucho pero yo quería comérmela toda así que la cogí y me decidí a comerle todo su coño hasta que gimiera y se retorciera de gusto.
Comencé lamiéndole todo su sexo, y luego su clítoris, ella estaba tan excitada que gemía tanto que me volvía loco. Me dijo que quería sentir mi polla dentro de ella y así fue: se la metí cada vez con mas ganas, pero a ella lo que le iba era que la penetrasen por detrás y me lo propuso . Se puso a cuatro patas en el sofá y.... allí estaba el culo con el cual me había masturbado tantas veces ,todo para mi. Chupe mi dedo y se lo pase por su culito mojando de saliva su orificio , eso parecía gustarle. Le metí mi polla y ella gritaba de placer , pude notar que tubo un par de orgasmos, y a mi no me quedaba mucho para correrme, pues montaba su culito mojado y calentito y eso me excitaba. Me dijo que quería que me corriera dentro de ella, pues quería notar mi leche en sus entrañas y así fue le di toda mi leche ,luego nos quedamos morreando un largo tiempo, tocándonos y acariciándonos y como pensando que aquello teníamos que haberlo hecho antes.
Yo estaba contento, pues sabia que me esperaban las dos mejores semanas de mi vida y además lo había conseguido, me había cargado ese culo tan deseado.
DCL
MI PRIMA LUCIA
Hace ya algunos años, en los meses de Julio y Agosto mi familia alquiló un apartamento en la costa, que íbamos a disfrutar tanto la familia de mis tíos como la mía. Pero debido a cuando empezaban unos las vacaciones y cuando la empezaban otros, durante los dos meses iban a estar llegando y saliendo gente. Yo, Fernando, en aquel entonces tenía 18 años recién cumplidos e iba a estar del 15 de Julio al 15 de Agosto.
Conmigo coincidirían mi prima Lucía y su marido durante los 30 días. Pero en mis primeros quince días estarían mis tíos y mis primos pequeños, en total una trupe de gente que podría desquiciar al mas cuerdo. Y en mis segundos quince días mis padres y hermanos, junto con Lucía y su marido.
Al llegar al apartamento, aquello era un caos. En la disposición para dormir en la primera quincena, me tocó con el marido de Lucía, ya que ésta tenía que quedarse con sus sobrinos pequeños. Cuando todos nos centramos, la vida allí empezó a ser mejor. Por la mañana solíamos ir a la playa y aquí es donde empezó mi calvario. Resulta que Lucía era y es una chica muy atractiva, llena de curvas, con un buen par de tetas y un culo para comérselo. Está casada con Luis y tenía en aquel entonces 31 años.
Pues como decía, resulta que a la playa, Lucía llevaba un biquini muy pequeño y la parte trasera se le metía por el culo dejando parte de los cachetes a la vista. Empecé a desearla y a los pocos días, como su marido dormía conmigo, debían de estar calientes, pues los sorprendí una vez en la cocina a los dos metiéndose mano, y al entrar yo disimularon. Ellos dos no salían de noche por culpa de los pequeños que había que cuidar durante estos primeros quince días. Pero por fin llegó el día que todos se fueron y nos quedamos solos los tres. Al menos durante una semana, ya que mi familia tuvo que retrasar una semana las vacaciones por motivos laborales. De este modo durante siete días yo me quedaría solo en un cuarto y ellos dos ocuparon el de matrimonio. Esa misma noche durmieron y follaron juntos; los jadeos fueron muy reveladores, y yo me masturbé a gusto ya que mi dormitorio daba pared con pared con el de ellos y pude sentir durante varias horas los continuos jadeos e incluso pequeños grititos de ella.
A la mañana siguiente, estando yo en la cocina desayunando, llegó Lucía e imaginando que yo estaría todavía en la cama, llevaba puesto solo un pequeño y muy corto camisón de dormir y que por ser de gasa negra y totalmente transparente me di cuenta de que no llevaba nada debajo. Me quede quieto y sorprendido al verla y ella me dio los buenos días y como si nada se preparó un café, le veía a través de la transparencia del camisón las tetas que tanto deseaba en la playa, pero al momento se fue, dándose la vuelta y volviendo a su cuarto. Fue en ese momento cuando le vi su hermoso trasero, tapado únicamente por un trocito de tela negra transparente. A los cinco minutos volvió a la cocina, pero traía unos pantalones cortos y una camiseta y detrás llegaba su marido. Al terminar de desayunar, nos fuimos los tres a la playa y quizás por eso de que no estaban el resto de la familia, notaba a Lucía mas suelta, menos cortada. Para mi, seguía siendo el principal punto de atracción su culo, el cual aun estaba mas al aire, ya que tenía casi toda la tela metida por las cachas. Estaba, como es lógico, muy acaramelada con Toni, y éste la sobaba a placer. Ellos tenían que estar a tono, pero a mi me estaban poniendo muy caliente.
Lucía se tendió boca abajo y se desabrochó el sujetador para tomar el sol, pero cuando hablaba, bien con Toni, bien conmigo se incorporaba un poco apoyándose con los codos, mostrando gran parte de sus tetas y en un momento llegué incluso a verle los pezones, pues se incorporó un poco mas de la cuenta. Esto fue el colmo, pues hasta ella notó el bulto en mi bañador y como parecía gustarle me empezó a provocar sin disimulo.
Ya no solo se incorporaba un poco, sino que aprovechando que Toni había ido al restaurante, me pidió que le extendiera crema por la espalda, se dio la vuelta y pude admirar las tetas. Estaban derechas y levantadas, con unos pezones tiesos y desafiantes. Se sentó en la toalla y me dijo que le extendiera la crema también por delante. Yo muy gustoso pero con corte se la extendí, sintiendo en la palma de mis manos como me pinchaban los pezones y como abarcaba toda la teta. Cuando acabé, se tendió de nuevo boca abajo y esperamos a que regresara Toni. Este nos dijo que ya estaba lista la comida y que nos fuéramos para comer.
Esa noche estaba yo que no podía mas y cuando empecé a escuchar los gemidos, automáticamente mis manos se fueron a mi polla meneándola arriba y abajo. De pronto, me acordé de que la ventana de su dormitorio daba enfrente justo de la ventana de la cocina. Si estuviera abierta los podría ver. Me levanté y me puse un pantalón corto mientras pensaba que si me descubrían, siempre podría decir que había ido a la cocina a beber. Cuando llegué, me asomé por la ventana y puede comprobar como ella estaba sentada encima de él cabalgándolo, él le cogía las tetas mientras ella con sus brazos levantados se cogía el pelo. Afortunadamente para mi, la ventana estaba abierta, ya que no se les podía ver desde ningún otro sitio por la disposición del edificio, y mantenían encendida una luz en la mesita de noche, por lo que realmente tenía muy buena visión de su cuarto. Estaba haciéndome una paja cuando sentí como ella se encogía y gimiendo bastante fuerte se corría, cayendo encima de él. En este momento descargué toda la leche retenida de mis cojones en mi mano.
A la mañana siguiente cuando me levanté, vi que Toni se marchaba con una maleta y al preguntarle por su ida, me dijo que tenía que estar fuera tres días por un negocio que si le salía tendría una buena comisión. También me dijo que cuidara de Lucía en su ausencia y dándole un beso con intercambio de lengua ella a él, se marchó.
Cuando estaba terminando de desayunar, me dijo Lucía de ir a la playa, pero que iríamos a otra que ella conoce. Al llegar a la playa, me fijé en que casi todo el mundo estaba en pelotas y ella mirando mi extrañeza, me dijo que era una playa donde se practicaba el nudismo. Nos sentamos en las toallas y ella se quito el sujetador; al verle las tetas me tumbé boca abajo para que no se me notara el bulto que se me estaba poniendo y mirándola vi como se quitaba la parte de abajo del biquini, quedándose en pelotas.
Tenía un coño precioso, lo tenía afeitado todo excepto un pequeño mechón en la parte superior, de labios abultados y sonrosados. Se dirigió hacia el agua y se zambulló. Al regresar, yo seguía tendido boca abajo, se situó encima mío, poniendo un pie a cada lado de mi cuerpo y estrujó su larga melena echándome agua en la espalda. Yo, que no lo esperaba, me giré de un brinco y me quedé de piedra, ya que por la posición pude contemplar el coño desde abajo y ella abierta de piernas. Seguí en la misma posición y ella agachándose tiró de mi bañador hacia abajo diciendo que si no me lo quitaba iba a desentonar. Se tumbó a mi lado y empezó a contarme que a ella le encanta ir a playas nudistas e ir desnuda por casa, pero que Toni es muy raro en eso y no quiere oír hablar del tema. Y aprovechando que no estaba él, y si a mi no me importaba, que estos días iríamos así. Yo miraba con cara de asombro, y ella me dijo con mucha picardía mientras me acariciaba la espalda que esperaba contar con mi total discreción y que no me arrepentiría.
Cuando cogí mas confianza, me giré, y ella pudo ver mi polla que aunque no estaba tiesa, mostraba una semi erección. Se fue de nuevo al agua y mientras nadaba un poco, vi como se le acercaba un hombre de unos 35 años, los veía hablar y reír. Salieron del agua y se situaron los dos al lado mía. Ella me lo presentó, y desde ese momento parecía que yo no existiera. El le ponía crema por todo el cuerpo, pero era una excusa para magrearla y ella sin disimulo alguno le cogía los huevos con una mano y con la otra acariciaba la polla. Al rato ambos se levantaron y se fueron tras unas rocas que había a unos 150 metros. Yo picado por la curiosidad, me fui al agua y nadé hasta situarme en una posición que los pudiera ver. Y allí estaban, ella de espaldas apoyada con las manos en las rocas y él, metiéndosela por detrás y bombeando sin parar. Hasta que en un momento dado él salió de ella y ésta girándose se agachó y se metió la tranca en la boca. Yo que me había dejado arrastrar por las olas, llegué muy cerca de la orilla y pude ver perfectamente como ella se tragaba toda la corrida mientras el la cogía de los pezones y ella se tocaba el coño haciéndose una paja. Como vi que estaban terminando, nadé de nuevo hasta donde estaban las toallas y llegué justo antes de ellos llegaran. Este hombre al llegar a las toallas, le dijo que otro día se verían y le dio un morreo a modo de despedida cogiéndole con una mano el culo y con la otra una teta.
Al tenderse de nuevo Lucía en la toalla, no dijo nada, pero cuando volvíamos a casa, me dijo de nuevo que contaba con mi discreción y mientras conducía, acarició con una mano el interior de mis piernas hasta casi llegar a mi verga.
En la casa al salir ella de la ducha, aunque ya la había visto desnuda, me volví a sorprender, pues salió desnuda como si nada y estuvo el resto de la tarde viendo la tele desnuda. Preparó unos sandwich para cenar y los dos desnudos cenamos. Me dijo que estaba cansada y se acostó. Al día siguiente fue la misma historia, playa, tío en la playa y de vuelta a casa. Pero al siguiente día cuando estábamos en la playa, no vino este tío, por lo que durante la tarde me dijo que iba a salir a comprar y que no tardaría.
Efectivamente no tardó mucho. Se despelotó y me dijo de ver una película. Era una película porno. Mientras la veíamos, yo estaba empalmado y ella me dijo que como Toni volvería al día siguiente, me iba a recompensar por mi silencio, y diciendo esto, se puso de rodillas delante mío y se tragó toda la polla. Como chupaba la tía, parecía que se la iba a tragar. Hasta que no pude aguantar mas y corriéndome se tragó toda la corrida. Como la seguía teniendo tiesa, me tumbó en el sofá y se sentó encima mía metiéndosela hasta el fondo. Me cabalgaba y se corrió chillando. Entonces la puse a cuatro patas y se la metí en el coño por detrás y mientras le cogía las tetas me corrí. Luego nos fuimos a la cama, hicimos un 69 y se la metí por el culo. Estuvimos follando toda la noche, no sé la de veces que me corrí. A las once de la mañana, me desperté al sentir como me chupaban la polla; era ella, y diciéndome que ya estaba al llegar su marido, me hizo la última mamada.
El último día de mis vacaciones, me dijo que la acompañara a comprar unas cosas, la casa volvía a estar llena de gente y mientras su marido dormía la siesta la acompañé. Me llevó a un descampado, y en el coche follamos de nuevo y me la volvió a chupar. Luego nos hemos
Conmigo coincidirían mi prima Lucía y su marido durante los 30 días. Pero en mis primeros quince días estarían mis tíos y mis primos pequeños, en total una trupe de gente que podría desquiciar al mas cuerdo. Y en mis segundos quince días mis padres y hermanos, junto con Lucía y su marido.
Al llegar al apartamento, aquello era un caos. En la disposición para dormir en la primera quincena, me tocó con el marido de Lucía, ya que ésta tenía que quedarse con sus sobrinos pequeños. Cuando todos nos centramos, la vida allí empezó a ser mejor. Por la mañana solíamos ir a la playa y aquí es donde empezó mi calvario. Resulta que Lucía era y es una chica muy atractiva, llena de curvas, con un buen par de tetas y un culo para comérselo. Está casada con Luis y tenía en aquel entonces 31 años.
Pues como decía, resulta que a la playa, Lucía llevaba un biquini muy pequeño y la parte trasera se le metía por el culo dejando parte de los cachetes a la vista. Empecé a desearla y a los pocos días, como su marido dormía conmigo, debían de estar calientes, pues los sorprendí una vez en la cocina a los dos metiéndose mano, y al entrar yo disimularon. Ellos dos no salían de noche por culpa de los pequeños que había que cuidar durante estos primeros quince días. Pero por fin llegó el día que todos se fueron y nos quedamos solos los tres. Al menos durante una semana, ya que mi familia tuvo que retrasar una semana las vacaciones por motivos laborales. De este modo durante siete días yo me quedaría solo en un cuarto y ellos dos ocuparon el de matrimonio. Esa misma noche durmieron y follaron juntos; los jadeos fueron muy reveladores, y yo me masturbé a gusto ya que mi dormitorio daba pared con pared con el de ellos y pude sentir durante varias horas los continuos jadeos e incluso pequeños grititos de ella.
A la mañana siguiente, estando yo en la cocina desayunando, llegó Lucía e imaginando que yo estaría todavía en la cama, llevaba puesto solo un pequeño y muy corto camisón de dormir y que por ser de gasa negra y totalmente transparente me di cuenta de que no llevaba nada debajo. Me quede quieto y sorprendido al verla y ella me dio los buenos días y como si nada se preparó un café, le veía a través de la transparencia del camisón las tetas que tanto deseaba en la playa, pero al momento se fue, dándose la vuelta y volviendo a su cuarto. Fue en ese momento cuando le vi su hermoso trasero, tapado únicamente por un trocito de tela negra transparente. A los cinco minutos volvió a la cocina, pero traía unos pantalones cortos y una camiseta y detrás llegaba su marido. Al terminar de desayunar, nos fuimos los tres a la playa y quizás por eso de que no estaban el resto de la familia, notaba a Lucía mas suelta, menos cortada. Para mi, seguía siendo el principal punto de atracción su culo, el cual aun estaba mas al aire, ya que tenía casi toda la tela metida por las cachas. Estaba, como es lógico, muy acaramelada con Toni, y éste la sobaba a placer. Ellos tenían que estar a tono, pero a mi me estaban poniendo muy caliente.
Lucía se tendió boca abajo y se desabrochó el sujetador para tomar el sol, pero cuando hablaba, bien con Toni, bien conmigo se incorporaba un poco apoyándose con los codos, mostrando gran parte de sus tetas y en un momento llegué incluso a verle los pezones, pues se incorporó un poco mas de la cuenta. Esto fue el colmo, pues hasta ella notó el bulto en mi bañador y como parecía gustarle me empezó a provocar sin disimulo.
Ya no solo se incorporaba un poco, sino que aprovechando que Toni había ido al restaurante, me pidió que le extendiera crema por la espalda, se dio la vuelta y pude admirar las tetas. Estaban derechas y levantadas, con unos pezones tiesos y desafiantes. Se sentó en la toalla y me dijo que le extendiera la crema también por delante. Yo muy gustoso pero con corte se la extendí, sintiendo en la palma de mis manos como me pinchaban los pezones y como abarcaba toda la teta. Cuando acabé, se tendió de nuevo boca abajo y esperamos a que regresara Toni. Este nos dijo que ya estaba lista la comida y que nos fuéramos para comer.
Esa noche estaba yo que no podía mas y cuando empecé a escuchar los gemidos, automáticamente mis manos se fueron a mi polla meneándola arriba y abajo. De pronto, me acordé de que la ventana de su dormitorio daba enfrente justo de la ventana de la cocina. Si estuviera abierta los podría ver. Me levanté y me puse un pantalón corto mientras pensaba que si me descubrían, siempre podría decir que había ido a la cocina a beber. Cuando llegué, me asomé por la ventana y puede comprobar como ella estaba sentada encima de él cabalgándolo, él le cogía las tetas mientras ella con sus brazos levantados se cogía el pelo. Afortunadamente para mi, la ventana estaba abierta, ya que no se les podía ver desde ningún otro sitio por la disposición del edificio, y mantenían encendida una luz en la mesita de noche, por lo que realmente tenía muy buena visión de su cuarto. Estaba haciéndome una paja cuando sentí como ella se encogía y gimiendo bastante fuerte se corría, cayendo encima de él. En este momento descargué toda la leche retenida de mis cojones en mi mano.
A la mañana siguiente cuando me levanté, vi que Toni se marchaba con una maleta y al preguntarle por su ida, me dijo que tenía que estar fuera tres días por un negocio que si le salía tendría una buena comisión. También me dijo que cuidara de Lucía en su ausencia y dándole un beso con intercambio de lengua ella a él, se marchó.
Cuando estaba terminando de desayunar, me dijo Lucía de ir a la playa, pero que iríamos a otra que ella conoce. Al llegar a la playa, me fijé en que casi todo el mundo estaba en pelotas y ella mirando mi extrañeza, me dijo que era una playa donde se practicaba el nudismo. Nos sentamos en las toallas y ella se quito el sujetador; al verle las tetas me tumbé boca abajo para que no se me notara el bulto que se me estaba poniendo y mirándola vi como se quitaba la parte de abajo del biquini, quedándose en pelotas.
Tenía un coño precioso, lo tenía afeitado todo excepto un pequeño mechón en la parte superior, de labios abultados y sonrosados. Se dirigió hacia el agua y se zambulló. Al regresar, yo seguía tendido boca abajo, se situó encima mío, poniendo un pie a cada lado de mi cuerpo y estrujó su larga melena echándome agua en la espalda. Yo, que no lo esperaba, me giré de un brinco y me quedé de piedra, ya que por la posición pude contemplar el coño desde abajo y ella abierta de piernas. Seguí en la misma posición y ella agachándose tiró de mi bañador hacia abajo diciendo que si no me lo quitaba iba a desentonar. Se tumbó a mi lado y empezó a contarme que a ella le encanta ir a playas nudistas e ir desnuda por casa, pero que Toni es muy raro en eso y no quiere oír hablar del tema. Y aprovechando que no estaba él, y si a mi no me importaba, que estos días iríamos así. Yo miraba con cara de asombro, y ella me dijo con mucha picardía mientras me acariciaba la espalda que esperaba contar con mi total discreción y que no me arrepentiría.
Cuando cogí mas confianza, me giré, y ella pudo ver mi polla que aunque no estaba tiesa, mostraba una semi erección. Se fue de nuevo al agua y mientras nadaba un poco, vi como se le acercaba un hombre de unos 35 años, los veía hablar y reír. Salieron del agua y se situaron los dos al lado mía. Ella me lo presentó, y desde ese momento parecía que yo no existiera. El le ponía crema por todo el cuerpo, pero era una excusa para magrearla y ella sin disimulo alguno le cogía los huevos con una mano y con la otra acariciaba la polla. Al rato ambos se levantaron y se fueron tras unas rocas que había a unos 150 metros. Yo picado por la curiosidad, me fui al agua y nadé hasta situarme en una posición que los pudiera ver. Y allí estaban, ella de espaldas apoyada con las manos en las rocas y él, metiéndosela por detrás y bombeando sin parar. Hasta que en un momento dado él salió de ella y ésta girándose se agachó y se metió la tranca en la boca. Yo que me había dejado arrastrar por las olas, llegué muy cerca de la orilla y pude ver perfectamente como ella se tragaba toda la corrida mientras el la cogía de los pezones y ella se tocaba el coño haciéndose una paja. Como vi que estaban terminando, nadé de nuevo hasta donde estaban las toallas y llegué justo antes de ellos llegaran. Este hombre al llegar a las toallas, le dijo que otro día se verían y le dio un morreo a modo de despedida cogiéndole con una mano el culo y con la otra una teta.
Al tenderse de nuevo Lucía en la toalla, no dijo nada, pero cuando volvíamos a casa, me dijo de nuevo que contaba con mi discreción y mientras conducía, acarició con una mano el interior de mis piernas hasta casi llegar a mi verga.
En la casa al salir ella de la ducha, aunque ya la había visto desnuda, me volví a sorprender, pues salió desnuda como si nada y estuvo el resto de la tarde viendo la tele desnuda. Preparó unos sandwich para cenar y los dos desnudos cenamos. Me dijo que estaba cansada y se acostó. Al día siguiente fue la misma historia, playa, tío en la playa y de vuelta a casa. Pero al siguiente día cuando estábamos en la playa, no vino este tío, por lo que durante la tarde me dijo que iba a salir a comprar y que no tardaría.
Efectivamente no tardó mucho. Se despelotó y me dijo de ver una película. Era una película porno. Mientras la veíamos, yo estaba empalmado y ella me dijo que como Toni volvería al día siguiente, me iba a recompensar por mi silencio, y diciendo esto, se puso de rodillas delante mío y se tragó toda la polla. Como chupaba la tía, parecía que se la iba a tragar. Hasta que no pude aguantar mas y corriéndome se tragó toda la corrida. Como la seguía teniendo tiesa, me tumbó en el sofá y se sentó encima mía metiéndosela hasta el fondo. Me cabalgaba y se corrió chillando. Entonces la puse a cuatro patas y se la metí en el coño por detrás y mientras le cogía las tetas me corrí. Luego nos fuimos a la cama, hicimos un 69 y se la metí por el culo. Estuvimos follando toda la noche, no sé la de veces que me corrí. A las once de la mañana, me desperté al sentir como me chupaban la polla; era ella, y diciéndome que ya estaba al llegar su marido, me hizo la última mamada.
El último día de mis vacaciones, me dijo que la acompañara a comprar unas cosas, la casa volvía a estar llena de gente y mientras su marido dormía la siesta la acompañé. Me llevó a un descampado, y en el coche follamos de nuevo y me la volvió a chupar. Luego nos hemos
ME COGI A MI PRIMA
La historia que a continuación les cuento es la hermosa relación que mantuve hará 3 años con una prima que en la actualidad es mi mujer.
Esto surgió como he dicho hace tres años en un pueblo de Castilla donde mi abuelo tiene una casa de campo y al que acudimos en verano. En aquella ocasión marché con mi tía y mi prima Sheila ( un año mayor que yo). Yo tenía entonces 16 años.
Mi prima y yo nos pasábamos el día juntos ( y parte de la noche). Ibamos al río, al bar ,a las fiestas de alrededor... Nos llevamos bastante bien y no teníamos reparos en tocarnos, abrazarnos y demás. Los demás chicos ya decían que algo había entre nosotros. Y era verdad. Nos gustábamos. Pero ninguno daba el primer paso. Hasta ese verano del 97.
Uno de los días a las ocho de la noche mi prima y yo llegamos de arena y barro para dar y tomar. En casa la tía ,al vernos, nos mandó a la bañera juntos. Si juntos. No se lo pensó dos veces Todo el pueblo sospechaba algo entre nosotros excepto la tía. Y nosotros encantados. Sheila no se cortó nada.
La bañera era bastante pequeña así que había que apretujarse un poco. Yo me metí primero. Me desnude muy rápido y cogí la mejor posición para poder ver como se desnudaba. Ya la había visto desnuda pero no tan cerca de mi. Se quitó el vestido rápido y quedó solo con las bragas y el suje. Estaba delante mío. Mientras la tía hacía la cena. Sheila se quitó el sujetador y me mostró sus redondillas y esponjosas tetas. Las tiene bien puestas. Y casi de un tirón se quitó las braguitas. Me estaba sonriendo y a la vez buscando con la vista mi polla.
-Déjame ese sitio. Venga -Se soltó el pelo castaño que tiene- Venga y podrías dar el agua y mirar menos. Goloso
- Ja¡ Yo de aquí no me muevo. Si quieres este sitio Te pones encima- La respondí en tono goloso
Ella no dijo nada pero actúo. Se metió a la bañera en el lado opuesto al mío pero se sentó encima mío.
- ¿Te quitas o no?- Me dijo en plan sádica.-
Yo estaba sin habla. El pene lo tenía ya bastante empinado y ella que estaba encima ,no parecia que le importaba. Y a mi tampoco eh¡. Pero parece que lo descubrió ya que se levantó un poco para coger mejor posición.
Yo estaba todo palote y no decía ni mu. Y ella empezó a jugar con el juguete de marras.
-Anda pero mira lo que tenemos aquí. El pitilin de mi primooo.-reia- ¿Es un poco pequeño no?
- Depende con que lo compares ,chata pero para ser pequeño creo que te gusta bastante ¿eh?
-Ah¡ No he dicho que no me guste- Y me miro – Que no está nada mal eh? Lo único que un poquito más grande...
Oímos que mi tía se acercaba y ella se cambió de lado poniéndose de frente. Aunque no dejaba de mirar la polla.
-¿Todavía estáis así? Pero venga ¡ En 10 minutos os quiero ver en la cocina.- Nos grito la tía mientras recogía nuestra ropa – pero ¿Dónde os habéis metido?
Mientras decía esto la tía, Sheila me estaba acariciando la polla con un pie mientras se descojonaba de risa. La tía se marchó y nosotros seguimos a lo nuestro. Sheila me empezó a interrogar:
-¿ Lo has hecho alguna vez Dani?- No dejaba de tocarme la polla- Eh ¿te has estrenado ya primito?
-¿Y tu? ¿Ya te has estrenado tu?
-Ehh Yo he preguntado primero. Pero creo que eso es un no. ¿Me equivoco?
-No , todavía no ¿qué pasa? Y tu?
-Ahhh ¿Que te crees que te lo voy decir o que? A Picaste. Dani es virgen , Dani es Virgen .... Abuelo¡ que Dani es virgen
Me eche encima para tapar la boca y la susurré:
- Como no te calles descubro si tu te has estrenado y a la vez me estreno yo ehh¡¡
Sheila calló pero para quedarse pensativa unos segundos y preguntarme:
-Pero como vas a saber si lo hecho o no?- lo soltó en plan viciosa.- tu que vas a saber...
En ese momento agarre mi polla y me dirigí hacia ella diciendo :
-Ven aquí que te lo enseño. Si te rompo el himen luego no digas nada. Eh?
-Parecía tonto el chico, joder que enterado está el primo, ja ja practica no tienes pero ya veo que de teoría no estas mal
Yo ya estaba encima pero me paró los pies. Me confesó que no era virgen. Que lo había hecho ya en Burgos que es donde vive ella. Pero que de eso ni palabra a nadie. Yo que estaba totalmente excitado contesté sin miedo alguno, descojonandome:
-Vale me callo si lo hacemos nosotros. Total otra vez no te va a importar mucho ¿nooo?
- ¿ Contigo? Ja ja¡ Antes con el perro del abuelo –dijo divertida- Eh Dani en serio, ni una palabra eh¡
- Ah pues ya sabes lo que toca...- y le señale con mis ojos la polla
-! Estas loco¡ Y si nos pillan que? Que aquí nos conoce todo el pueblo
-O sea que el problema es que nadie se enteré? Vale. Vamonos, después de cenar, a la casa de tu tío Miguel. Como lo único que quieres que no se enteré nadie.. tranquila ya me encargo yo de todo....
Mientras decía esto, yo seguía metiendo mano a mi víctima poco a poco. Los muslos, las tetitas y el culito. Ella se reía, negándose a mi proposición aunque lo estaba deseando. La tía volvió a berrear. Y nosotros empezamos en serio a bañarnos.
Gustosamente nos ayudamos a frotarnos la espalda y el pelo el uno al otro. Y nos rozábamos. Mi polla paso un par de veces por delante del coño de la prima. Un poco más y...
- ¿Qué? ¿entonces vamos? No?- pregunté seriamente
- Que cara tienes. Ya veremos.. que no tengo muchas ganas -respondió ella
- Tranquila que si quieres ya hago yo el trabajo jjejej
Me hizo callar metiendomé jabón en la boca. Y yo intenté devolver la jugada lo único que ella me había metido el jabón con las manos y yo con mi misma boca. Y la cosa se convirtió en un apasionado pero corto beso. Se notaba que ella estaba igual o más caliente que yo. Intenté volver a agarrarla del culo pero me paro las manos diciendo que me diera prisa que había que cenar...
Nos ayudamos a vestirnos (otro jugueteo más) y subimos a cenar. Durante la cena nos hicimos los locos aunque estabamos inquietos. Al final de la cena mi tía se marchó a casa de una prima suya a jugar a las cartas. Nos invitó aunque nosotros obviamente rechazamos diciendo que habíamos quedado.
El abuelo se fue al salón a ver la tele o oír la radio. Sheila recogió rápidamente las cosas de la cena. Y mientras yo disimuladamente cogí las llaves de la a casa del gran polvazo. La casa pertenece a mis padres y está casi completamente terminada aunque el pasado verano la habíamos estrenado. Mis padres hasta principios de agosto no venían así que teníamos pista libre (y no fue la única vez que la usamos en el verano). La casa se encuentra enfrente de la de mi abuelo pero tiene una puerta trasera por la que podíamos entrar sin ser vistos.
Antes de salir pregunté a Sheila por si tenía condones y ella respondía haciéndose la loca:
-Tranquilo eh ¿quién te ha dicho que lo vayamos a hacer? Eh Que yo no he dicho nada. Además, eso ,no tenemos condones.
Decía esto mientras sonreía. Sabía de sobra lo que íbamos a hacer con condones o sin ellos.. Le importaba poco irse a la cama con su primo menor (aunque soy su preferido). Y a mi no me asustaba, para nada, ventilarme a mi, más que preciosa, prima. Ninguno nos podía imaginar que nos deparaba el futuro. Los dos íbamos en ropa demasiado informal (yo salí en chancletas) para dar una vuelta...
Entramos por el garaje y de hay a la cocina. Yo durante la cena ya había planeado el itinerario y ella me seguía tranquilamente. Fuimos a la habitación de mis padres que da atrás de la casa. Nada más llegar me preguntó:
-¿Qué? ¿ Y ahora que?
-Tranquilla mujer paso a paso- dije galantemente.- ¿quieres tomar algo?
-¿por qué no le damos unos tragos a algo?- musitó con cara angelical
Asentí y de inmediato baje al salón a coger un par de botellas del mueble bar. Una de licor de melocotón y otra de beilis. Un día es un día. Que leches la casa por la ventana. Nos tumbamos en la cama y empezamos a beber a pelo. Hicimos un concurso de a haber quien aguantaba más bebiendo. También me enseño a fumar correctamente. Así estuvimos media hora antes de pasar a la acción. Y empezó ella.
- Ahora a partir de ya el que no beba durante 5 segundos se quita una prenda.
Acepté encantado. La di un poco de ventaja aunque enseguida estamos los dos en ropa interior. Hicimos un nuevo juego que consistía en quitar la ropa del contrincante con la boca. Empecé yo. Estaba sentada pero la hice tumbarse suavemente. Tenia unas bragas muy bonitas pero la verdad es que estaba mejor sin ellas. Yo lo hice bastante bruscamente para poder experimentar a que sabía ese chochito. La separé las piernas y le empecé a chupar la vagina. Ella lo permitió encantada ya que se dejo llevar. Mientras que yo volvía a cenar ella me acariciaba la cabeza aunque terminó extendiendo los brazos en el aire de puro placer. Al rato le entró hambre a ella también y me hizo declinarme algo bruscamente. Me fue recorriendo el pecho a besitos y jugueteando con mi escaso pelaje. Y al llegar a la altura de la polla cogió la botella de bailis y me echó un chorrito a los calzoncillos. Al momento se puso a txupar estos y estirando descubrió a mi polla que estaba hecha una furia. Se merendó repetidas veces el artilugio hasta que llego la hora de que bebiera un poco de leche casera. Después de engullir la sustancia volvió a la altura de mi cara y nos estuvimos morreando un ratito.
Ahora me tocaba jugar a mi. Ojo por ojo diente por diente. Agarré la botella y le eché unas góticas en sus perfectas tetas. De inmediato empecé a chupar las tetas y morder, suavemente sus exquisitos pezones. El tamaño de estos no son ni muy grandes ni nada pequeños. Tamaño más que aceptable. Pero ya se veía que ella quería ser penetrada. A sí que cuando yo iba a echar otro chorrito me quitó la botella dela mano y se subió encima de mí.
-Refrescamé el chochito Dani, refréscamelo un poquito anda¡ –me dijo totalmente entregada
Encantado mi amor pensaba yo Con mi mano derecha (lo recuerdo perfectamente) cogí un poco de su saliva (la metí la mano bien metida en su boca) y rápidamente lo lleve a la rajita y la regué un poco. Frote este con una exagerada pasividad que hizo tirarse de los pelos de placer a la moza. Que delicia de conejito Ella desde ese momento tomó las riendas de la situación agarrandomé la polla lo mas firmemente posible (debía resbalar) la fue acercando más y más a su preciosa rajita. Fuera de sí me dijo:
- Ahí vamos, lo que pase a partir de ahora.. ya sabes...
No había asentido todavía y ya se la estaba metiendo. Momento más que glorioso aquel¡ El pene iba entrando por el dilatado canalillo hasta llegar a un extraño tope. Entró enterita aunque parece que Sheila quería todavía más. En este tiempo yo la había tapado la boca ya que sus gemidos estaban empezando a ser demasiado fuertes. Con la otra mano la ayudé a subir. La bajada siguiente empezó volvió a ser algo lenta pero de ahí en adelante empezamos a coger buen ritmo. Me estaba follando a una tía que estaba cañón y que por cierto era mi prima mayor. Al rato sentí que algo se acercaba :
-Sheilaaa me corro Sheila que me corro
Ella rápidamente se apartó y cayó a un lado mío mientras que yo empece a eyacular. Si no se llega a apartar ella me hubiera corrido dentro fijo. Ese día creo que fue de los únicos que tomamos algo de precaución. Me había quedado inmóvil. Ella sin mirar , estaba mirando al techo, volvió a alcanzar mi pene. Con los deditos iba cogiendo lefa y se la llevaba a la boca. También me ofrecía aunque yo la rechacé. Al rato me abrazó la cabeza y nos empezamos a manosear y besarnos. Así 10 minutos más hasta que Sheila deparó en la hora. Así, por la bobada, eran las 12. Nos quedamos con las ganas de echar otro pero no queríamos llegar demasiado tarde para no levantar sospechas. Además como dormíamos en el mismo cuarto podríamos seguir un poco más en casa. Recogimos por encima las cosas. La cama estaba hacha un Cristo, con nuestros fluidos y bebidas.
- Mañana vengo y lavo la cama y lo dejamos bien todo ¿eh? –dijo
Yo no respondí. Estaba todavía fllipando. Había sido todo tan rápido. Me había tirado a mi prima. Así sin más. Sin embargo ella en ese momento parecía no importarle. Luego estuvo un par de días rara. Aunque a la semana cambió y volvió a hacerme caso. Volvimos 3 o 4 veces a mi casa aunque luego llegaron mis padres y teníamos que ingeniárnoslas para hacerlo en otros sitios menos cómodos. Algún día en el río. Otro en su cama cuando se fueron todos a una feria o algo así. Estuvimos el resto del verano dale que te pego. Después no nos volvimos a ver hasta Navidad que nos quedamos con las ganas ya que nuestra familia no nos dejaba estar solos ni un momento.
El siguiente verano aunque empezó suave después fue mucho más descarado. Nuestro noviazgo lo hicimos oficial al mes de llegar por que la situación era ya inaguantable. La familia al principio se lo tomó bien porque se pensaba que no era seria la cosa. Luego ya empezaron a preocuparse. Pero a la semana medio pueblo nos vió en acción en el río. A decir verdad ya nos habían descubierto un par de veces. Mi hermana nos pilló follando en mi casa. Creíamos que estabamos solos y nos pilló en una postura bastante rara para entre primos ya que mi hermana no sabía nada ya que acababa de llegar al pueblo. Se lo tuvimos que explicar y nos prometió que no diría nada. Otro día la tía nos pilló encerrados en los baños de la piscina. Lo del río fue que nos habíamos apartado un poco del resto, en un recodo alguien nos vio o oyó y empezó a llegar gente de todos los lados. Debieron sacar hasta fotos. Y nosotros ni nos inmutamos hasta que la tía se acerco y nos montó un Belén de espanto. Mis padres estuvieron a punto de enviarme a casa.
Y la cosa no quedo ahí ya que como no nos preocupábamos nada al final del verano ella se quedó enbarazada. Fue un lió impresionante. Yo dejé de estudiar y me quedé a trabajar en el bar del pueblo. Ella decidió tener el bebe y por Navidad se vino a vivir conmigo definitivamente. Tuvimos una hija preciosa y hace un año nos casamos. Ahora ya estamos en busca de la parejita. La familia parece que lo ha aceptado y el pueblo parece que ha aprendido ya que hay otra pareja de primos que andan bombeando. Al final como se puede ver todo queda en familia.
Esto surgió como he dicho hace tres años en un pueblo de Castilla donde mi abuelo tiene una casa de campo y al que acudimos en verano. En aquella ocasión marché con mi tía y mi prima Sheila ( un año mayor que yo). Yo tenía entonces 16 años.
Mi prima y yo nos pasábamos el día juntos ( y parte de la noche). Ibamos al río, al bar ,a las fiestas de alrededor... Nos llevamos bastante bien y no teníamos reparos en tocarnos, abrazarnos y demás. Los demás chicos ya decían que algo había entre nosotros. Y era verdad. Nos gustábamos. Pero ninguno daba el primer paso. Hasta ese verano del 97.
Uno de los días a las ocho de la noche mi prima y yo llegamos de arena y barro para dar y tomar. En casa la tía ,al vernos, nos mandó a la bañera juntos. Si juntos. No se lo pensó dos veces Todo el pueblo sospechaba algo entre nosotros excepto la tía. Y nosotros encantados. Sheila no se cortó nada.
La bañera era bastante pequeña así que había que apretujarse un poco. Yo me metí primero. Me desnude muy rápido y cogí la mejor posición para poder ver como se desnudaba. Ya la había visto desnuda pero no tan cerca de mi. Se quitó el vestido rápido y quedó solo con las bragas y el suje. Estaba delante mío. Mientras la tía hacía la cena. Sheila se quitó el sujetador y me mostró sus redondillas y esponjosas tetas. Las tiene bien puestas. Y casi de un tirón se quitó las braguitas. Me estaba sonriendo y a la vez buscando con la vista mi polla.
-Déjame ese sitio. Venga -Se soltó el pelo castaño que tiene- Venga y podrías dar el agua y mirar menos. Goloso
- Ja¡ Yo de aquí no me muevo. Si quieres este sitio Te pones encima- La respondí en tono goloso
Ella no dijo nada pero actúo. Se metió a la bañera en el lado opuesto al mío pero se sentó encima mío.
- ¿Te quitas o no?- Me dijo en plan sádica.-
Yo estaba sin habla. El pene lo tenía ya bastante empinado y ella que estaba encima ,no parecia que le importaba. Y a mi tampoco eh¡. Pero parece que lo descubrió ya que se levantó un poco para coger mejor posición.
Yo estaba todo palote y no decía ni mu. Y ella empezó a jugar con el juguete de marras.
-Anda pero mira lo que tenemos aquí. El pitilin de mi primooo.-reia- ¿Es un poco pequeño no?
- Depende con que lo compares ,chata pero para ser pequeño creo que te gusta bastante ¿eh?
-Ah¡ No he dicho que no me guste- Y me miro – Que no está nada mal eh? Lo único que un poquito más grande...
Oímos que mi tía se acercaba y ella se cambió de lado poniéndose de frente. Aunque no dejaba de mirar la polla.
-¿Todavía estáis así? Pero venga ¡ En 10 minutos os quiero ver en la cocina.- Nos grito la tía mientras recogía nuestra ropa – pero ¿Dónde os habéis metido?
Mientras decía esto la tía, Sheila me estaba acariciando la polla con un pie mientras se descojonaba de risa. La tía se marchó y nosotros seguimos a lo nuestro. Sheila me empezó a interrogar:
-¿ Lo has hecho alguna vez Dani?- No dejaba de tocarme la polla- Eh ¿te has estrenado ya primito?
-¿Y tu? ¿Ya te has estrenado tu?
-Ehh Yo he preguntado primero. Pero creo que eso es un no. ¿Me equivoco?
-No , todavía no ¿qué pasa? Y tu?
-Ahhh ¿Que te crees que te lo voy decir o que? A Picaste. Dani es virgen , Dani es Virgen .... Abuelo¡ que Dani es virgen
Me eche encima para tapar la boca y la susurré:
- Como no te calles descubro si tu te has estrenado y a la vez me estreno yo ehh¡¡
Sheila calló pero para quedarse pensativa unos segundos y preguntarme:
-Pero como vas a saber si lo hecho o no?- lo soltó en plan viciosa.- tu que vas a saber...
En ese momento agarre mi polla y me dirigí hacia ella diciendo :
-Ven aquí que te lo enseño. Si te rompo el himen luego no digas nada. Eh?
-Parecía tonto el chico, joder que enterado está el primo, ja ja practica no tienes pero ya veo que de teoría no estas mal
Yo ya estaba encima pero me paró los pies. Me confesó que no era virgen. Que lo había hecho ya en Burgos que es donde vive ella. Pero que de eso ni palabra a nadie. Yo que estaba totalmente excitado contesté sin miedo alguno, descojonandome:
-Vale me callo si lo hacemos nosotros. Total otra vez no te va a importar mucho ¿nooo?
- ¿ Contigo? Ja ja¡ Antes con el perro del abuelo –dijo divertida- Eh Dani en serio, ni una palabra eh¡
- Ah pues ya sabes lo que toca...- y le señale con mis ojos la polla
-! Estas loco¡ Y si nos pillan que? Que aquí nos conoce todo el pueblo
-O sea que el problema es que nadie se enteré? Vale. Vamonos, después de cenar, a la casa de tu tío Miguel. Como lo único que quieres que no se enteré nadie.. tranquila ya me encargo yo de todo....
Mientras decía esto, yo seguía metiendo mano a mi víctima poco a poco. Los muslos, las tetitas y el culito. Ella se reía, negándose a mi proposición aunque lo estaba deseando. La tía volvió a berrear. Y nosotros empezamos en serio a bañarnos.
Gustosamente nos ayudamos a frotarnos la espalda y el pelo el uno al otro. Y nos rozábamos. Mi polla paso un par de veces por delante del coño de la prima. Un poco más y...
- ¿Qué? ¿entonces vamos? No?- pregunté seriamente
- Que cara tienes. Ya veremos.. que no tengo muchas ganas -respondió ella
- Tranquila que si quieres ya hago yo el trabajo jjejej
Me hizo callar metiendomé jabón en la boca. Y yo intenté devolver la jugada lo único que ella me había metido el jabón con las manos y yo con mi misma boca. Y la cosa se convirtió en un apasionado pero corto beso. Se notaba que ella estaba igual o más caliente que yo. Intenté volver a agarrarla del culo pero me paro las manos diciendo que me diera prisa que había que cenar...
Nos ayudamos a vestirnos (otro jugueteo más) y subimos a cenar. Durante la cena nos hicimos los locos aunque estabamos inquietos. Al final de la cena mi tía se marchó a casa de una prima suya a jugar a las cartas. Nos invitó aunque nosotros obviamente rechazamos diciendo que habíamos quedado.
El abuelo se fue al salón a ver la tele o oír la radio. Sheila recogió rápidamente las cosas de la cena. Y mientras yo disimuladamente cogí las llaves de la a casa del gran polvazo. La casa pertenece a mis padres y está casi completamente terminada aunque el pasado verano la habíamos estrenado. Mis padres hasta principios de agosto no venían así que teníamos pista libre (y no fue la única vez que la usamos en el verano). La casa se encuentra enfrente de la de mi abuelo pero tiene una puerta trasera por la que podíamos entrar sin ser vistos.
Antes de salir pregunté a Sheila por si tenía condones y ella respondía haciéndose la loca:
-Tranquilo eh ¿quién te ha dicho que lo vayamos a hacer? Eh Que yo no he dicho nada. Además, eso ,no tenemos condones.
Decía esto mientras sonreía. Sabía de sobra lo que íbamos a hacer con condones o sin ellos.. Le importaba poco irse a la cama con su primo menor (aunque soy su preferido). Y a mi no me asustaba, para nada, ventilarme a mi, más que preciosa, prima. Ninguno nos podía imaginar que nos deparaba el futuro. Los dos íbamos en ropa demasiado informal (yo salí en chancletas) para dar una vuelta...
Entramos por el garaje y de hay a la cocina. Yo durante la cena ya había planeado el itinerario y ella me seguía tranquilamente. Fuimos a la habitación de mis padres que da atrás de la casa. Nada más llegar me preguntó:
-¿Qué? ¿ Y ahora que?
-Tranquilla mujer paso a paso- dije galantemente.- ¿quieres tomar algo?
-¿por qué no le damos unos tragos a algo?- musitó con cara angelical
Asentí y de inmediato baje al salón a coger un par de botellas del mueble bar. Una de licor de melocotón y otra de beilis. Un día es un día. Que leches la casa por la ventana. Nos tumbamos en la cama y empezamos a beber a pelo. Hicimos un concurso de a haber quien aguantaba más bebiendo. También me enseño a fumar correctamente. Así estuvimos media hora antes de pasar a la acción. Y empezó ella.
- Ahora a partir de ya el que no beba durante 5 segundos se quita una prenda.
Acepté encantado. La di un poco de ventaja aunque enseguida estamos los dos en ropa interior. Hicimos un nuevo juego que consistía en quitar la ropa del contrincante con la boca. Empecé yo. Estaba sentada pero la hice tumbarse suavemente. Tenia unas bragas muy bonitas pero la verdad es que estaba mejor sin ellas. Yo lo hice bastante bruscamente para poder experimentar a que sabía ese chochito. La separé las piernas y le empecé a chupar la vagina. Ella lo permitió encantada ya que se dejo llevar. Mientras que yo volvía a cenar ella me acariciaba la cabeza aunque terminó extendiendo los brazos en el aire de puro placer. Al rato le entró hambre a ella también y me hizo declinarme algo bruscamente. Me fue recorriendo el pecho a besitos y jugueteando con mi escaso pelaje. Y al llegar a la altura de la polla cogió la botella de bailis y me echó un chorrito a los calzoncillos. Al momento se puso a txupar estos y estirando descubrió a mi polla que estaba hecha una furia. Se merendó repetidas veces el artilugio hasta que llego la hora de que bebiera un poco de leche casera. Después de engullir la sustancia volvió a la altura de mi cara y nos estuvimos morreando un ratito.
Ahora me tocaba jugar a mi. Ojo por ojo diente por diente. Agarré la botella y le eché unas góticas en sus perfectas tetas. De inmediato empecé a chupar las tetas y morder, suavemente sus exquisitos pezones. El tamaño de estos no son ni muy grandes ni nada pequeños. Tamaño más que aceptable. Pero ya se veía que ella quería ser penetrada. A sí que cuando yo iba a echar otro chorrito me quitó la botella dela mano y se subió encima de mí.
-Refrescamé el chochito Dani, refréscamelo un poquito anda¡ –me dijo totalmente entregada
Encantado mi amor pensaba yo Con mi mano derecha (lo recuerdo perfectamente) cogí un poco de su saliva (la metí la mano bien metida en su boca) y rápidamente lo lleve a la rajita y la regué un poco. Frote este con una exagerada pasividad que hizo tirarse de los pelos de placer a la moza. Que delicia de conejito Ella desde ese momento tomó las riendas de la situación agarrandomé la polla lo mas firmemente posible (debía resbalar) la fue acercando más y más a su preciosa rajita. Fuera de sí me dijo:
- Ahí vamos, lo que pase a partir de ahora.. ya sabes...
No había asentido todavía y ya se la estaba metiendo. Momento más que glorioso aquel¡ El pene iba entrando por el dilatado canalillo hasta llegar a un extraño tope. Entró enterita aunque parece que Sheila quería todavía más. En este tiempo yo la había tapado la boca ya que sus gemidos estaban empezando a ser demasiado fuertes. Con la otra mano la ayudé a subir. La bajada siguiente empezó volvió a ser algo lenta pero de ahí en adelante empezamos a coger buen ritmo. Me estaba follando a una tía que estaba cañón y que por cierto era mi prima mayor. Al rato sentí que algo se acercaba :
-Sheilaaa me corro Sheila que me corro
Ella rápidamente se apartó y cayó a un lado mío mientras que yo empece a eyacular. Si no se llega a apartar ella me hubiera corrido dentro fijo. Ese día creo que fue de los únicos que tomamos algo de precaución. Me había quedado inmóvil. Ella sin mirar , estaba mirando al techo, volvió a alcanzar mi pene. Con los deditos iba cogiendo lefa y se la llevaba a la boca. También me ofrecía aunque yo la rechacé. Al rato me abrazó la cabeza y nos empezamos a manosear y besarnos. Así 10 minutos más hasta que Sheila deparó en la hora. Así, por la bobada, eran las 12. Nos quedamos con las ganas de echar otro pero no queríamos llegar demasiado tarde para no levantar sospechas. Además como dormíamos en el mismo cuarto podríamos seguir un poco más en casa. Recogimos por encima las cosas. La cama estaba hacha un Cristo, con nuestros fluidos y bebidas.
- Mañana vengo y lavo la cama y lo dejamos bien todo ¿eh? –dijo
Yo no respondí. Estaba todavía fllipando. Había sido todo tan rápido. Me había tirado a mi prima. Así sin más. Sin embargo ella en ese momento parecía no importarle. Luego estuvo un par de días rara. Aunque a la semana cambió y volvió a hacerme caso. Volvimos 3 o 4 veces a mi casa aunque luego llegaron mis padres y teníamos que ingeniárnoslas para hacerlo en otros sitios menos cómodos. Algún día en el río. Otro en su cama cuando se fueron todos a una feria o algo así. Estuvimos el resto del verano dale que te pego. Después no nos volvimos a ver hasta Navidad que nos quedamos con las ganas ya que nuestra familia no nos dejaba estar solos ni un momento.
El siguiente verano aunque empezó suave después fue mucho más descarado. Nuestro noviazgo lo hicimos oficial al mes de llegar por que la situación era ya inaguantable. La familia al principio se lo tomó bien porque se pensaba que no era seria la cosa. Luego ya empezaron a preocuparse. Pero a la semana medio pueblo nos vió en acción en el río. A decir verdad ya nos habían descubierto un par de veces. Mi hermana nos pilló follando en mi casa. Creíamos que estabamos solos y nos pilló en una postura bastante rara para entre primos ya que mi hermana no sabía nada ya que acababa de llegar al pueblo. Se lo tuvimos que explicar y nos prometió que no diría nada. Otro día la tía nos pilló encerrados en los baños de la piscina. Lo del río fue que nos habíamos apartado un poco del resto, en un recodo alguien nos vio o oyó y empezó a llegar gente de todos los lados. Debieron sacar hasta fotos. Y nosotros ni nos inmutamos hasta que la tía se acerco y nos montó un Belén de espanto. Mis padres estuvieron a punto de enviarme a casa.
Y la cosa no quedo ahí ya que como no nos preocupábamos nada al final del verano ella se quedó enbarazada. Fue un lió impresionante. Yo dejé de estudiar y me quedé a trabajar en el bar del pueblo. Ella decidió tener el bebe y por Navidad se vino a vivir conmigo definitivamente. Tuvimos una hija preciosa y hace un año nos casamos. Ahora ya estamos en busca de la parejita. La familia parece que lo ha aceptado y el pueblo parece que ha aprendido ya que hay otra pareja de primos que andan bombeando. Al final como se puede ver todo queda en familia.
"SE LA CHUPE A MI HERMANO"
Hola me llamo joseph tengo 21 años , bueno les contare lo q me paso cuando tenia 15 años . Un dia llegaba mi tia y prima de galicia . bueno sere breve mi prima tenia 16 años y se puede decir q estaba muy buena ojos caramelo ,blanca , pelo castaño ,buen culo , y pechos no muy grandes pero si bien paraditos en fin .Todo comenzo cuando todos se fueron a dormir yo en el salon aburrido eran la 1 am , tenia sueño asi q fui a la habitacion q estaba mi prima en realidad era mi habitacion pero tuve q darsela bueno fui a sacar algunas cosas para dormir y en ese momento toque la puerta y no me decia nada asi q entro en silencio , me acerco a ella trato de despertarla pero estaba muy dormida y de casualidad toque sus pechos note q estaba sin sujetador , me entro una sensacion q ufff . bueno segui tratando de lebantarla pero ya no iba con las mismas intenciones meti mi mano debajo de su camiseta y comprobe sus pesones estaban muy duritos ... y aun no se despertaba , yo ya estaba muy caliente comence meter mi mano debajo de su pantalon pero en ese momento se desperto yo me asuste y no pude reaccionar y me pregunto q haces le dije eh lo siento venia a por unas cosas pero ya me voy primita ! cuando me estaba llendo me dijo no primito qdate q estoy un poco aburrida menos mal no se dio cuenta de lo q estaba haciendo y yo ,vale estubimos ablando y note q se estaba muy cachonda y me dijo q se hacia la dormida q sabia lo q estaba haciendo yo me sonroje pero me dijo sabes una cosa primito me gusto q me tocaras , quieres hacerlo otra vez . yo le dije algo cortado s i ! pero me dijo antes tienes q darme algo a cambio yo le dije y q quieres eh primita , me dijo q me quitara la camiseta y los los pantalones . asi q hice lo q me pidio me quede en boxer bueno ella se quito la camiseta q traia y quedaron libres sus pechos unos pesones rosaditos y me dijo ahora primito haz lo tuyo pero aun me daba muxo corte tocarcelos asi q ella cogio mis manos y las dirigio sobre sus pechos mm q sensacion mas buena quito las manos y yo seguia tocandole los pechos se estaba exitando y yo tamiben ,en eso ella se da cuenta q entre mis boxer se notaba un bulto q era imposible ocultar y me dice : wohhh primito yo quite las manos de sus pechos y le dije te gustaria probarlo y me dice nose , convence nene ! pero me percate q la habitacion q estaba mi tia estaba al lado asi q le propuse ir al salon fuimos despacio sin hacer muxo ruido yo en boxer ella sin camiseta y con un short muy pegadito. bueno llegamos al salon la abrece por la espalda comence a sobarla mi manos jugaban con sus pechos hasta q comenzaron a bajar y le quite ese short se quedo con una tanguita rosa q me puso a200 . aprovehce la arroje al sillon y ella me cogio de la mano caimos los dos nos comenzamos a besar ella me comenzo a manosear toda la p... yo metia mis deditos x debajo de su tanga a jugar con lo q encotrara hasta q el boxer y la tanguita estaban demas nos lebantamos le quite la tanguita y ella me quito los boxer quedando mi p... muy dura q media unos 18 cm aprox . en fin comence a besarle los pechos y moderdele sus pesones q estaban muy duros , comence bajando hasta q llegue asu ... . estaba pero uff depiladito , rosa , y muy humedo .eso me puso com un tren comence a jugar con mi lengua por todo su ... mm note como estaba dando unos pequeños gemidos y me decia primito no pares dame mas mas ahhhhhhhhh , se lebanto antes q se corriera cogio mi ... y me dijo mm ahora me toca ami garganta profunda . yo le sonrei m y comenzo a meter mi ... por su boca . yo sentia q estaba en el cielo le decia primita no te detengas esa lengua divina y coomo mamaba dios !! con 16 años sabia muy bien lo que hacia uff hasta q la saque de su boca y la puse en cuatro patas sobre el sillon yo me arrodille ella me cogio la ... y la dirigio x donde debia entrar la meti primero despacio, se la meti toda woohhh esa senacion mm de un calor uff comenzamos acoger ritmo mm ella se movia muy bien mientras mis manos le acariciaba los pechos m hasta q cogimos velocidad ella me decia dame mas primo mas ahh h 1!! oHHHHHH . hasta q me dijo me corro AHHHHHHHH AMMMMMMMMMMMMM OHHHHHHH ! saque mi ... y comence a jugar otra vez con mi lengua mm le encantaba se corrio LUEGO me dijo m quiero q te corras en mi boca . mientras ella se hacia un dedo yo me corria frente asu boca hasta q le dije primita me corro oHHHH m asi q se comio toda mi leche ella se corrio casi al mismo tiempo q yo placr total nos abrazamos mientras ela aun manoseaba mi ... y yo le metia mis deditos x su ... escuchamos un ruido y nos asustamos pero no era ¡nada menos mal .continua !! xD 1 dia antes de q se fuera hicimos un juego muy raro os contare luego pero ANTE PLISS DEJADME VUESTRAS OPINIONES Q LES A PARECIDO ! weno un saludo y espero q os halla gustado !
"SE LA CHUPE A MI HERMANO"
de cuentanos tu secreto. Soy una chika de 19 años que según los chikos estoy bastante bien. Mis papas tienes bastante dinero asi que tengo todos los caprichos que quiero. Tengo un hermano de 21 años que se llama Borja y en su cuadrilla de amigos esta Alex, un macizorro por el que daría todo lo que hiciera falta. Llevo un par de años intentando que se fije en mi pero parece que es muy tímido y todavía no he conseguido nada de el hasta este mes de agosto. Coincidio que mis padres se fueron de vacaciones a Estados Unidos por que cumplian 25 años de casados. Borja y yo los animamos para que se fueran y que disfrutaran de unos dias solos. Borja y yo nos hemos quedado solos en el chalet en el que vivimos. El primer fin de semana Borja desapareció de casa y no supe nada de el hasta que apareció con su amigo Alex, bastante borrachos los dos el domingo despues del mediodia. Habían estado en casa de unos amigos cuyos padres tambien habian salido de vacaciones. Yo estaba en la piscina del chalet tomando el sol y puesto que no había nadie, me había quitado la parte superior del bikini. Tengo que decir que tengo unos pechos muy bonitos y de eso debieron darse cuenta Borja y Alex cuando entraron desnudos a la piscina sin darse cuenta de que yo estaba allí. Yo tampoco me di cuenta por que estaba escuchando musica con mi ipod. Cuando me di cuenta de su presencia puse mis manos sobre mis pechos pero ellos no hicieron nada, así que pude ver sus polllas. La de mi hermano era muy grande para lo que yo había visto hasta entonces. Soy virgen todavía por que nadie me ha penetrado pero si que he hecho pajas a chicos que me gustaban y tambien he chupado algunas pollas. Como ya digo, la polla de mi hermano era la mas grande que habia bisto mientras que la de Alex era como la de los otros chicos con los que había estado. Me dijeron que no me preocupara, que estar desnudos era algo muy normal y que no tenia que tener verguenza. Se fueron rapidamente al agua y allí comenzaron a nadar. Yo los miraba como chapoteaban y como disfrutaban. Me animaron a que me metiera con ellos al agua pero les dije que no. Insistieron y al final me metí en el agua. Estuvimo un rato en el agua y luego todos salimos. Nos secamos con las tollas y nos tumbamos en las hamacas pero ellos continuaron desnudos. Alex se situo entre mi hermano y yo y al poco se quedó medio dormido. Yo de reojo seguia mirandoles las pollas. Vi como mi hermano comenzaba a acariciarse levemente y como su polla se empezaba a poner mas gorda de lo que ya la tenía. Empecé a sentirme incomoda y me levante para marcharme. Les dije que me iba a dar una ducha y a tomar algo. Me duche y pense en comer algo por que el baño me había despertado el apetito. Fui a la cocina y al mirar por la ventana, que da justo a la piscina me quedé helada. Mi hermano se había arrodillado sobre la hamaca de Alex y allí mismo le estaba haciendo una mamada. No sabía como reaccionar y de los nervios se me cayo un vaso de agua que me estaba tomando. El ruido provocó que mi hermano levantara la cabeza y que me viera. Me sentí morir. El sin embargo, volvió a bajar la cabeza y continuo haciendole la mamada a Alex. Vi como Alex empezaba a agitarse y a ponerse rígido hasta que pude adivinar que se había corrido. Mi hermano sin embargo no habia quitado la polla de Alex de su boca por lo que pensé que se habia tragado su leche. Mi hermano se levanto y vino hacía la cocina. Ahora me di cuenta de que su polla estaba completamente erecta, era enorme, descomunal. Entró en la cocina y me dijo directamente: "Alex y yo somos amantes, no somos homosexuales pero si bisexuales. Mantemenos nuestras relaciones con chicas pero cuando nos apetece nos echamos un polvo. Espero que no te haya molestado lo que has visto.". Le dije que no me importaba aunque por dentro lo estaba pasando fatal. El debío darse cuenta por que me dijo: "Se que te gusta Alex y el en alguna ocasión me ha comentado lo mismo de ti. ¿Te apetece follártelo?." Me sentí muy mal pero el agarrandome por la cintura me llevó hacia donde estaba Alex. Yo opuse una ligera resistencia al principio pero al final me dejé llevar. Cuando llegamos, Alex estaba medio dormido, el orgasmo le había dejado así. Observe como su polla estaba arrugada y que pequeñas gotas de semen habian caido de la boca de mi hermano a su bajo vientre. Mi hermano me dijo: "Chupásela un poco" y yo que para entonces estaba asustada, temerosa, avergonzada y por que no decirlo un poco cachonda, me agaché y metí su polla en mi boca. Sabía un poquito salada y estaba muy blandita. Estuve un buen rato intentando ponersela dura pero no fue posible puesto que acababa de correrse. Mi hermano nos miraba mientras yo se la chupaba y observe como se acariciaba la polla, evidentemente le estaba gustando lo que estaba viendo. Dejé de chupársela a Alex y me levante. Mi hermono seguí con la polla durísima. Me miró a los ojos y me dijo: "¿Te imporaría chupármela a mi?. Joder que fuerte, chupársela a mi propio hermano. Pero me dio igual, me senté en una de las hamacas libres y metí la polla de mi hermano en mi boca. Casi no podia con ella de lo grande que estaba. Estuve chupando durante un buen rato y lo unió que conseguia era sentir como su polla todavía se hacia mas grande. Mi hermano me sujetaba la cabeza y me decí que donde habia aprendido a chuparla tan bien aunque yo no lo contestaba. Vi como Alex comenzaba a desperezarse y creo que tambien se quedo un poco sorprendido con lo que vio. Su polla empezo tambien a ponerse gorda aunque no tanto como la de mi hermano asi que la cogi con mi mano y comence a masturbarlo. Mi hermano retiro su polla de mi boca y le pidio a Alex que metiera la suya. Alex obedeció y mi hermano se situo a mi lado. Me quito el bikini y las braguitas que yo llevaba puestas y comenzo a acariciarme el coño. "llevas el coño completamente mojado, creo que necesitas que alguien te meta algo" y me metio su dedo. Fue increible, una sensacion de fuego inundo mi cuerpo. Cuando acarició mi clitoris crei ver las estrellas. Seguimos un buen rato así, yo chupandole la polla a Alex y mi hermano haciendome una paja. Alex retiro su polla de mi boca, puso a mi hermano a cuatro patas y con un poco de saliva lubrico el culo. No tardo ni 3 segundos en meterle la polla por el culo a mi hermano. Yo solo observaba mientras acariciaba mi clitoris, ya proxima a tener un orgasmo. Alex se corrio en seguida. Un hilillo de semen corría por el culo de mi hermano. Yo tuve al mismo tiempo un orgasmo y me senti desfallecer asi que me tumbé sobre la hamaca. Mi hermano se levanto todavía con la polla dura mientras que Alex tambien se tumbo en la hamaca. Mi hermano puso su mano en mi coño y comprobbó si estaba todavi lubricado, y tanto que lo estaba; se acosto sobre mi y con mucho cuidad empezo a meter su polla en mi coño. Me dolia y grite un poquito con lo que mi hermano paro pero enseguida volvio a intentarlo "aguanta un poco me dijo" y comenzo de nuevo a meter su polla. Esta vez fue mas cuidados y cuando me quise dar cuenta ya tenía toda su polla en mi coño. Estuvo follandome largo rato y tengo que reconocer que me encanto la forma en la que me desvirgo. Tras unos minutos que se me hicieron los mas intensos de mi vida descargo toda su leche dentro de mi. Mi orgasmo fue brutal y queda practicamente desmayada. Los tres nos tumbamos sobre la hierba para recuperarnos.Hemos estado practicamente 12 dias follando sin parar. Me han follado tanto Alex como mi hermano de todas las posturas, maneras y formas posibles. He tenido orgasmos intensísimos y he descubierto el sexo total. He visto como ellos se follaban aunque mi hermano nunca se ha follado a Alex por que dice que le rompería el culo con esa polla tan grande. Mis padres vienen mañana, espero que no se den cuenta de nada. Un beso
ME MASTURBO CON ROPA DE MI HERMANA
Hola chicas!!! saben... tengo muchas dudas respecto a mi sexualidad pues estoy un poco confundido, tengo una sola hermana menor que yo y vivimos con mis padres, somos una familia un poco recatada con ciertas prohibiciones y eh tenido mucha curiosidad por el sexo,me gusta mirar a las chicas por la calle pero solo eso. Desde hace algunos meses eh sentido fuerte atraccion sexual por mi hermana, yo tengo 17 años años y ella 14, mi interes hacia ella comenzo hace unos 6 meses cuando sin querer la mire en ropa interior, ella estaba durmiendo sobre la cama con la puerta de su recamara abierta y traia puesto el uniforme de la escuela, yo entre para tomar un par de libros que le habia prestado dias antes, cuando de pronto mire hacia donde estaba ella con el seguro de la falda abierto y las piernas separadas y pude observar por completo una pantaleta blanca la cual marcaba de manera impresionante su concha, me detuve inmediatemente y sin hacer mayor ruido me acerque un poco mas a ella y logre observar a pocos centimetros de distancia unos labios vaginales gruesos y abultados con un poco de vello que se dejaba asomar por los lados de la pantaleta y una raja como de 10 u 12 cm, me incorpore nuevamente y sali de su recamara, la imagen duro en mi mente muchos dias pues era mi fuente para masturbarme a diario, aproximadamente 3 semanas despues encontre ropa interior de ella (pantaletas, bra) en el contenedor de la casa, tomaba dicha ropa y me masturbaba con ella, me gustaba frotarme y pensar que era ella quien lo hacia aunque despues tenia un sentimiento de culpabilidad pues es mi hermana y aunque no pretendo tener relaciones sexuales con ella siento que la atraccion se vuelve mas fuerte, cada que me masturbo pienso en ella, me gusta mucho cuando usa ropa ajustada pues deja ver a la perfeccion un trasero un poco grande y una concha muy abultada, pienso en eso y cada que tengo oportunidad me masturbo con su ropa interior, claro que ella no se da cuenta,aunque en una ocasion me exite tanto al verla que tuve una ereccion y como yo traia puesta la ropa de deportes (likra y camiseta)me pregunto: porque se te hizo grande? y no te duele? ,me dio mucha verguenza me senti incomodo que me observara que la tenia parada,tal vez ella tambien tenga curiosidad por el sexo porque me eh dado cuenta que cuando llego a la casa con la ropa de deportes y no estan nuestros papas siempre se queda observando mi pene y me ha dicho que porque se me habia hecho grande y pues yo solo le contesto que no se o que es algo normal que nos pase a los hombres y cambio inmediatamente de tema pero nada mas. eh visto desnudas a un par de primas pero no se parecen en nada a mi hermana y a pesar de que tienen edades muy parecidas creo que no son iguales pues sus conchas son planas, con muy pocos vellos y la raja que separa a sus labios es pequeña como de 5 o 6 cm, estoy confundido respecto a todo esto quisiera que alguien de las chicas me ayude a salir de dudas por fis.1.- es normal masturbarse con ropa interior de algun hermano/hermana?2.- cual es la medida en promedio de una rajita?3.- a que se debe que la concha de mi hermana se observe muy abultada aun cuando no use sopa muy ajustada?4.- es normal que cada que veo a mi hermana de la parte de atraas o adelante me provoque una ereccion?5.- si tuvieran un hermano como yo les gustaria que se masturbaran pensando en ustedes incluso con su ropa interior?6.- mi pene mide 15cm en ereccion y como 4.5 de diametro. es normal?7.- que le contesto a mi hermana cuando me pregunto porque lo tenia grande?AYUDENME POR FAVOR!!!!!!!!!!!!!!
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